medicina / el caso de los enfermeros "asesinos"
Quién controla a los profesionales de la salud, un debate que regresa
Si bien la matriculación sí es obligatoria, hoy no se evalúa la aptitud física o mental de quienes ejercen la medicina o enfermería. Las propuestas en danza.
Cuidados. Las dos instituciones uruguayas involucradas son reconocidas al otro lado del Río de la Plata. Eso generó un impacto mayor, que amenaza con afectar, aun más, la relación entre médicos y pacientes.
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“Ante todo, no hacer daño”, es uno de los principios fundamentales en la atención de la salud, la máxima que rige el trabajo diario de los profesionales sanitarios. Por eso, generó estupor conocer esta semana los detalles del accionar criminal de dos enfermeros uruguayos que causaron la muerte de, al menos, 16 pacientes (aunque se estudian otros 200 decesos relacionados) usando morfina, dormicum, lidocaína y embolias de aire. El caso, además, abrió el debate sobre los controles a los que deben ser sometidos tanto los hospitales y centros asistenciales como los profesionales que allí se desempeñan para garantizar una atención médica segura y de calidad.
En el ojo de la tormenta hoy están la Asociación Española de Socorros Mutuos y el Hospital Maciel de Montevideo, en Uruguay, donde trabajaban los dos enfermos procesados: Ariel Acevedo, de 46 años, y Marcelo Pereira, de 39. Pero el miedo y la desconfianza ya se extienden a todas las instituciones de salud. De hecho, el ministro de Salud Pública de Uruguay, Jorge Venegas, anunció que se realizarán auditorías obligatorias a todos los centros médicos de ese país, como una forma de tratar de recuperar la credibilidad de un sistema de salud golpeado. Otras de las medidas que se discuten van desde mejorar los protocolos de manejo de los medicamentos hasta instalar cámaras de seguridad para vigilar el accionar de los médicos en terapia intensiva, algo que el propio Venegas descartó de plano ya que “no se puede controlar lo que pasa en todos lados”.
Calidad. Para los profesionales argentinos consultados se puede trabajar en prevenir errores médicos y eventos adversos –los que dañan al paciente en forma involuntaria como consecuencia de un tratamiento–, pero nadie está preparado para un accionar criminal en un centro de salud. “Lo que pasó en Uruguay podría haber ocurrido en cualquier parte del mundo, donde un enfermero o incluso un médico pierde su equilibrio psicológico y puede llegar a cometer un acto así. Si se trata de pacientes gerontes, con su salud muy comprometida, es posible que el hecho pase desapercibido. Pero cuando se hace en forma repetitiva sí o sí tiene que llamar la atención”, opinó el médico sanitarista Hugo Arce, director del Departamento de Salud Pública de la Fundación Barceló.
En cuanto a las diferentes formas de control de las instituciones médicas, aquí existen procesos obligatorios como la habilitación que da el Ministerio de Salud de la Nación –sin en el cual los hospitales no pueden funcionar– y procesos voluntarios como los sistemas de acreditación, donde se le abre la puerta a un tercero. “Se evalúan estructura, procesos y resultados mediante la participación de expertos que usan estándares previamente conocidos, consensuados internacionalmente y adaptados a la realidad de cada región. Más allá de la evaluación, lo más enriquecedor para el establecimiento es el proceso para llegar a la acreditación”, explicó Ricardo Herrero, gerente general del Instituto Técnico para la Acreditación de Sistemas de Salud (Itaes).
Examen. En cuanto al uso de medicamentos de alto riesgo como la morfina existen protocolos en los hospitales para regular su administración. “Los hospitales deberían desplegar la mayor cantidad de intervenciones basadas en la evidencia que permitan que el personal de salud no cometa errores involuntarios”, destacó Ezequiel García Elorrio, director del Departamento de Calidad de Atención Médica y Seguridad del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS). Por ejemplo, se puede identificar con distintos colores las drogas más peligrosas.
¿Quién controla la aptitud de los profesionales que trabajan en los centros de salud? En el país, la práctica es autorizada por el Ministerio de Salud de la Nación a través de la matriculación. Existen procesos de recertificación, voluntarios, que llevan a cabo algunas asociaciones profesionales como la Asociación Médica Argentina. Pero nadie evalúa la aptitud física o mental de quienes ejercen la medicina o la enfermería. Los mismo ocurre en Uruguay, donde el senador opositor Alfredo Solari propuso “filtrar y analizar” al personal de enfermería y a los médicos antes de que ingresen a trabajar en urgencias y realizar exámenes periódicos para detectar situaciones de estrés laboral.
Para Herrero, “sin dudas en actividades de alto riesgo para terceros es fundamental el equilibrio psíquico, emocional y físico. Pero una propuesta así requeriría un análisis profundo con la participación de expertos”.
Comunicado desde la enfermería argentina
Ayer, la Federación Argentina de Enfermería (FAE) dio a conocer un comunicado en el que “lamenta y se solidariza con el dolor de las familias de las víctimas y condena los hechos por ser contrarios a la naturaleza de la enfermería como profesión humanista de servicio a las personas, la familia y la comunidad, con conocimientos, con responsabilidades ético – legales y con compromiso por el respeto y defensa de los Derechos Humanos, en especial el derecho a la vida”.
Por otra parte, la entidad que nuclea a las Asociaciones y Colegios de Enfermeria del país, “solicita la necesaria y urgente presencia de los organismos de fiscalización de la formación y el ejercicio de la profesión”. Y “exige políticas serias y responsables de formación, de desarrollo, de condiciones y medio ambiente de trabajo que aseguren un cuidado de enfermería calificado, equitativo, seguro yconfiable, a partir de cuidar a quienes cuidan”.
En sintonía con este pedido, el presidente uruguayo, José Mujica, opinó: “Es un disparate que los enfermeros tengan turnos de seis horas por trabajo insalubre y en realidad trabajan 12 horas en por lo menos dos trabajos”.
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