PODER,
POLITICA Y MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
Por Norberto
Colominas
¿Por qué
razón los comunicadores de la derecha latinoamericana (tipo Andrés Openheimer)
estigmatizan a los gobiernos que se
defienden de los ataques sistemáticos de los medios de comunicación, si se
considera que esos diarios, radios y canales de televisión actúan como
plataformas del pensamiento reaccionario y son utilizados como herramientas de
corrosión y desestabilización de gobiernos legítimos?
En
Estados Unidos un comentarista político de la cadena Fox iniciaba sus
comentarios blandiendo un bate de béisbol... Imaginen la escena. Con pleno
derecho, el presidente Barak Obama prohibió la participación de esa emisora en
las conferencias que ofrece la Casa Blanca. ¿Hizo bien o hizo mal? ¿Tenía o no tenía derecho de reaccionar así?
¿Se trató de un ataque a la libertad de
prensa? Nada nos dirá Openheimer, que no
se ocupó del caso, preocupado como está
por los ataques a la “prensa libre” de Ecuador y a los medios “independientes”
de la Argentina.
La prensa
“libre”… Es irrefutable que esa prensa está libre de toda sospecha de
connivencia con un proyecto nacional y popular, democrático, socialmente
sensible y progresista. En cuanto al mote
de “independiente”…, muy por el contrario, esa prensa es dependiente de sus
propios intereses corporativos, de sus avisadores, del establishment, de la
Iglesia, de una importante embajada y… siguen las firmas. Independientes de
quiénes? De los intereses del pueblo, de la nación y del desarrollo, está
claro.
Pero no
esperemos que Openheimer y los de su especie expliquen estos absurdos; nos
crecería una larga barba. Según este columnista de La Nación, Rafael Correa,
Cristina Fernández, Evo Morales, Hugo Chávez y el pepe Mujica son “dictadores del siglo
21”. Está todo dicho.
el absurdo:
Ecuador, ¿dictadura del siglo XXI?
MIAMI.- Mucha gente se pregunta cómo el presidente de
Ecuador, Rafael Correa , logró ganar tan cómodamente las elecciones del
domingo 17 pese a los enormes escándalos de corrupción que lo salpicaron y a sus
ataques constantes contra la prensa libre y las instituciones democráticas. Pero
si uno mira de cerca lo que está pasando en Ecuador, la arrasadora victoria de Correa no debería sorprender a
nadie.
Por el contrario, lo raro habría sido que se diera un resultado diferente.
Ésa fue mi conclusión luego de entrevistar, unos días después de las elecciones,
al ex presidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado, quien acaba de publicar un libro
titulado Dictaduras del siglo XXI , en obvia referencia al "socialismo
del siglo XXI" que afirman impulsar el presidente venezolano Hugo Chávez, el propio Correa y otros imitadores .
¿Cómo explica que Correa haya ganado con el 57% de los votos, incluso
después de varios escándalos de corrupción?, le pregunté a Hurtado. Para quienes
no recuerden los recientes titulares de Ecuador, el primo de Correa, Pedro
Delgado, renunció a su cargo de presidente del Banco Central el 19 de diciembre,
después de que los diarios informaron que había mentido al afirmar que había
terminado sus estudios en economía. Más importante aún, según versiones
periodísticas, Delgado habría usado una opaca agencia gubernamental creada por
Correa para otorgar préstamos a amigos del gobierno para proyectos que nunca se
materializaron. Y el propio hermano del presidente, Fabricio Correa, confirmó
que recibió enormes contratos del gobierno -de más de 300 millones de dólares,
según los informes de prensa-, y dijo que el presidente estaba al tanto de esas
transacciones.
Sin embargo, nada de todo esto parece haber perjudicado al presidente,
debido al boom petrolero y a la dolarización de que se ha beneficiado el país en
los últimos años.
"Ecuador vive el momento de mayor prosperidad de su historia reciente", me
dijo Hurtado. "Por donde se mire hay nuevos edificios, nuevos centros
comerciales de lujo, y cada vez se ven más automóviles en las calles." Hurtado
señaló que el boom empezó varios años antes de que Correa asumiera la
presidencia, en 2007. Los precios del petróleo han aumentado desde 9 dólares el
barril, en 1999, hasta 100 en la actualidad. "La pobreza disminuyó mucho más
antes de asumir Correa que después de que asumió", dijo Hurtado.
Además de la prosperidad petrolera, Correa ganó las elecciones porque
impuso reglas electorales hechas a su gusto y medida. El presidente controla
todas las instituciones e impone cada vez más restricciones a la prensa, agregó
Hurtado.
Asimismo, Correa invocó una imaginaria conspiración mediática internacional
para silenciar varias radios, construir un imperio mediático gubernamental e
intimidar a los periódicos independientes con demandas judiciales
millonarias.
"A diferencia de las dictaduras de antes, que daban un golpe de Estado,
cerraban el congreso y sustituían al presidente, las dictaduras del siglo XXI
desconocen el orden constitucional bajo el cual fueron elegidas y crean un nuevo
orden que les permite perpetuarse en el poder", dijo Hurtado. Con el tiempo, "se
convierten en dictaduras".
¿Qué deberían hacer quienes apoyan la democracia en Ecuador, Venezuela,
Bolivia y otras autocracias?, le pregunté. Hurtado respondió que la oposición no
puede hacer gran cosa, salvo presentar candidatos únicos para evitar dividir el
voto opositor, como pasó en Ecuador.
"La respuesta debería venir de la Organización de Estados Americanos (OEA),
porque estos gobiernos violan varios artículos de la Carta Democrática
Interamericana", señaló. "Pero desgraciadamente la OEA no se ha pronunciado y
utiliza un doble parámetro: uno para las dictaduras de derecha y otro para las
dictaduras de izquierda."
Mi opinión: como alguien que siempre se opuso a dictaduras de derecha e
izquierda, estoy de acuerdo con Hurtado en que hay un doble estándar, y que la
OEA está haciendo la vista gorda a las autocracias de izquierda.
Estos autócratas narcisistas-leninistas siguen el mismo manual: lanzan sus
candidaturas a elecciones presentándose como campeones de la lucha contra la
corrupción, y tan pronto son elegidos cambian la Constitución para asumir
poderes absolutos y eternizarse en el poder. Y cuando comienzan a ser criticados
por ser más corruptos que sus antecesores, quieren cerrar los medios aduciendo
que hay una "conspiración mediática'' en su contra.
Tal vez estas autocracias no duren mucho tiempo más: la enfermedad de
Chávez, la disminución de los precios de las materias primas y sus desastrosas
políticas económicas pueden debilitarlas. Pero, por ahora, nadie debería
sorprenderse de la "arrasadora victoria" de Correa.
© LA NACION.
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