jueves, 10 de abril de 2014

Paro nacional: la izquierda "metió la cola" y complicó los planes de Moyano y Barrionuevo

Paro nacional: la izquierda "metió la cola" y complicó los planes de Moyano y Barrionuevo

Ricardo Ríos
Los sectores más radicalizados anunciaron que habrá medio centenar de piquetes y marcharán en distintos puntos del país. Las CGT opositoras temen que el Gobierno lo use como argumento para justificar la ausencia laboral
Crédito: @JCAlderete_CCC
Hasta hace una semana, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo soñaban con un paro general de actividades contundente, masivo, en el que "no se moviera ni un alfiler". Esa ambición se mantiene intacta. Pero el gran desafío era demostrar que bastaba con la sola adhesión y la disciplina de los gremios que controlan el camionero y el gastronómico para alcanzar ese propósito.
Después, siempre en línea con ese plan, recogerían en exclusiva los dividendos políticos que pudiera reportarles esta huelga; como el de convertirse en cabecera de playa del sindicalismo peronista, en detrimento de la cada vez más abúlica CGT kirchnerista de Antonio Caló, ayer degradado hasta lo caricaturesco por sus colegas de la central opositora.
Todo seguía el curso trazado hasta que la izquierda metió la cola; el diablo, diría la ortodoxia gremial sin hacer figuras. La decisión de los sectores más radicalizados de sembrar medio centenar de piquetes y concentraciones a lo largo del país es una contribución a la medida de fuerza no deseada en absoluto por Moyano y compañía, empeñados en demostrar que no los empuja un ánimo disolvente.
Les bastaba a estos dos hombres el acompañamiento adicional de la CTA de Pablo Micheli, que aún contra su costumbre convalidó la determinación de no sacar gente a las calles mañana. En cualquier caso, la presencia del dirigente estatal junto a los convocantes al paro aporta el matiz de un sindicalismo más combativo, más de izquierda, alternativo si se quiere, aunque peronista al fin.
Poco y nada pudieron hacer los autores intelectuales del paro para detener las decisiones del sindicalismo de izquierda (fundamentalmente representado en comisiones internas, pero sin gremios de peso propios), que apoya a grandes rasgos las motivaciones de la medida, pero que no se priva de calificar de "burócratas" a los referentes de las centrales opositoras, supuestamente funcionales a las estrategias electoralistas de Sergio Massa, Mauricio Macri o José Manuel de la Sota.
"El paro de mañana va a ser dinamita para el ajuste", dijo esta tarde a Infobae Néstor Pitrola, diputado y referente de la Coordinadora Sindical Clasista, del Partido Obrero. El dirigente trotskista destacó que Izquierda Unida (conglomerado de agrupaciones de ese sector integrado, además del PO, por los partidos de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista) fue la única formación política en salir en apoyo de un paro "activo", no "dominguero".
Aseguró desconocer la hipotética intervención de posibles infiltrados a las órdenes del Gobierno para provocar disturbios en los piquetes -como anticipó Barrionuevo-, ratificó la intención de montar barricadas en el acceso a los grandes parques industriales y renovó sus críticas a Moyano, Barrionuevo y Micheli. "A ellos sólo los mueven intereses electoralistas. Somos la izquierda los únicos que apuntamos de verdad a la problemática de la clase obrera", concluyó.
Sabe Pitrola del fastidio que provocó en Moyano la decisión de cortar calles o bloquear accesos. En la rueda de prensa de este mediodía el camionero ninguneó a esa iniciativa todo lo que pudo, además de calificarla de "innecesaria" porque según su pálpito, dijo, no habrá a quién detenerle la libre circulación.
La CGT anti K tiene la mala espina que los piquetes puedan convertirse en puntos de conflicto y refriegas, que desnaturalicen los motivos de la protesta y que den argumentos al Gobierno para que luego puedan decir que la gente se vio atemorizada de concurrir a sus puestos de trabajo, pese a una supuesta voluntad de hacerlo como cualquier día.

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