domingo, 8 de junio de 2014

SEGUNDO EN LA LINEA DE SUCESION  

Zamora, el radical que puede ocupar el lugar de Boudou

Ascendió en la consideración de Cristina Kirchner gracias a sus muestras de alineamiento. Es un freno frente a las intrigas del PJ.

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Casa Rosada. Año 2006. Un grupo de gobernadores radicales alineados con el kirchnerismo en la denominada “Concertación” fue a visitar al entonces presidente Néstor Kirchner.
—Me parece que tendríamos que ver cómo distribuir el impuesto al cheque –lanzó Julio Cobos, en ese momento gobernador de Mendoza.
—Pará, ¿vos harías eso? Es un tema complicado –se escuchó del otro lado de la mesa.
No era Kirchner quien se oponía el debate que beneficiaría los ingresos de las provincias, sino uno de los correligionarios: Gerardo Zamora, el entonces gobernador de Santiago del Estero, hoy tercero en la línea de sucesión presidencial detrás de Amado Boudou como presidente provisional del Senado. Su figura cobra notoriedad ante los rumores de una licencia del vicepresidente si es que la Justicia lo procesa por el caso Ciccone.
Zamora es uno de los últimos caudillos del interior, y a la vez uno de los pocos radicales que hoy adhiere al kirchnerismo a través de su Frente Cívico. Amo y señor de Santiago del Estero (gobernó la provincia ocho años), llegó al Congreso luego de que la Corte Suprema le denegara el año pasado la re-reelección. Rápido de reflejos, presentó a su mujer, la abogada Claudia Ledesma Abdala (diez años menor), como candidata y la llevó a ser gobernadora.
Su designación en el Senado responde a la idea de no peronizar la sucesión, según la consigna que bajó Cristina Kirchner. A ello se le suma una relación distante con Boudou, en especial en estos días complicados para el vicepresidente. En este marco armó un vínculo estrecho con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien viajó a Santiago a festejar al triunfo electoral. Su buena relación se remonta a los años en que ambos eran gobernadores. También habla, en especial desde que asumió como senador, con Carlos Zannini, el influyente secretario de Legal y Técnica, a quien escucha cuando hay que avanzar en algún proyecto.
En la Cámara alta no tiene un rol muy activo, prácticamente no habla en el recinto. Lo único que, por ahora, tiene en mente es darle algún retoque al Senado TV, la señal oficial del Congreso.
Desde que se mudó a Santiago del Estero a los 4 años (nació en Mendoza) su vida política transcurrió en la provincia: en 1989 completó sus estudios como abogado en la Universidad Católica, y fue diputado provincial e intendente de la capital. Para 2005, tras la intervención federal que provocó la salida de la familia del multidenunciado Juan Carlos Juárez (quien, como Zamora, había colocado a su mujer Nina al frente de la provincia), logró ganar con el apoyo del radicalismo.
Incluso para su asunción estuvo Raúl Alfonsín. A partir de allí fue parte de los radicales K con un alineamiento que tuvo mucho de pragmatismo: Santiago depende en un 90% de los ingresos por coparticipación que provienen de Nación. En la UCR recuerdan cómo intentaba convencer a otros gobernadores de que les pidieran a sus diputados que acompañaran leyes polémicas  como la reforma del Consejo de la Magistratura. En 2010 el partido finalmente lo echó.

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