domingo, 10 de febrero de 2013

clarin el cipayo de inglaterra en nuestras tierras , como en 1806 y 1807 la nueva ley de medios lo expulsara definitivamente


Malvinas


“La soberanía de las islas no se puede negociar, salvo que los isleños quieran”


Por María Laura Avignolo


Despacho. Hague en Londres y al otro día del frustrado encuentro con su par argentino, Héctor Timerman. Volvió a insistir en que esa reunión sólo era posible con la presencia kelper./NOEL SMART
Despacho. Hague en Londres y al otro día del frustrado encuentro con su par argentino, Héctor Timerman. Volvió a insistir en que esa reunión sólo era posible con la presencia kelper./NOEL SMART
10/02/13
El canciller británico William Hague considera que el actual gobierno argentino se acerca de una manera que es “contraproducente al diálogo y al entendimiento por las islas Malvinas”. En una entrevista exclusiva con Clarín aseguró que el conflicto por la soberanía de las islas “no es claramente de principios porque otros gobiernos argentinos se han acercado a este de otra manera, más constructiva”. Un día después de su frustrada reunión con su colega argentino Héctor Timerman, insistió que las puertas de su despacho están abiertas para seguir hablando con el Gobierno argentino pero con los isleños que “deben estar presentes en las negociaciones si se habla de las islas”. También aclaró que no negociarán sobre la soberanía hasta que sus habitantes se lo pidan. “Estoy en sus manos”, dijo entonces con su nasal acento en el imponente despacho de sillones de cuero. Hague (51) esperaba a Clarín en la puerta e invitó con un gesto con su mano al sofá donde debería haberse sentado Timerman en caso de haber aceptado el encuentro. Siempre manteniendo su sonrisa, no se apartó ni una coma de la línea oficial británica.
-¿Qué piensa del frustrado encuentro con Héctor Timerman?
-Pienso que es una lástima. Estábamos acá. El hubiera sido bienvenido (muestra el sillón). Teníamos un sillón para él aquí. Estaba muy abierto a tener un encuentro con él, a verlo. Deberíamos tener la posibilidad de tener discusiones entre el canciller argentino y el secretario de relaciones exteriores del Reino Unido. Era importante para nosotros por obvias razones. Si íbamos a discutir las islas Falkland ( sic por Malvinas ), la gente de las islas debe ser parte en esa discusión. Pero a causa de eso él no vino, rechazó juntarse. La oferta continúa: estaremos feliz de verlo en el futuro, siempre bajo esa condición: si vamos a hablar de alguna gente, esa gente debe estar representada.
-¿Está sorprendido de la ”diplomacia del megáfono”?
-No lo estoy porque creo que el actual Gobierno argentino está siguiendo un camino diferente a sus antecesores. Es realmente una lástima y también es contraproductivo porque, cuando más tengamos el estilo de la “diplomacia del megáfono”, eso será completamente contraproducente para los isleños. Ellos estarán aún más determinados en su visión y no es un bueno para Argentina. En los noventa y hasta el 2002 hubo buenas discusiones entre Gran Bretaña y Argentina, incluido los isleños, sobre la pesca para el mutuo beneficio de cada uno en el área, incluido hidrocarburos. Entonces no es claramente un problema de principios aquí porque otros gobiernos argentinos se han acercado de una manera más constructiva y han dialogado con los isleños. El actual Gobierno se acerca de una manera contraproducente al diálogo y al entendimiento.
-¿Ustedes no estarán extrañando al ex ministro Guido Di Tella por casualidad, no?
-(Risas) Yo sólo he sido canciller por tres años y no conocí al gobierno anterior. Pero he notado en los últimos 3 años cuan contraproducente es el acercamiento del gobierno actual. Es una pena porque si vemos el desarrollo de hidrocarburos alrededor de las islas Falkland (sic), algo que iba a pasar de todas maneras y que Argentina se podría beneficiar de ello también con una buena cooperación si hubiéramos seguido como en los 90.
-¿Cómo?
-Porque siempre hay una industria en la costa. Usualmente cuando hay exploraciones de gas y petróleo siempre hay actividades, empleos, barcos yendo y viniendo en las cercanías de la costa. Sólo hay que ir a Escocia para ver cuán beneficioso económicamente puede ser. Sin la cooperación argentina ese desarrollo va a tener lugar con otros países.
-¿Qué prefiere lidiar con una diplomacia de buenas maneras o con una de malas maneras?
-Es fácil lidiar con una diplomacia de buenas maneras. Pero eso implica diálogo con todos las partes. Ese es mi punto. La gente de las islas Falkland( sic) son nuestra gente. Ellos tienen sus propios derechos. Tienen derecho a la autodeterminación. Rechazar la discusión con ellos es entrar en la categoría de malas maneras.
-Este show es como una farsa, usted y el señor Timerman están usando a los isleños para no sentarse a negociar o ¿estoy equivocada?
-Nosotros apoyamos los derechos de los isleños. A mí me encantaría tener discusiones con el canciller argentino pero estas discusiones no pueden ser sobre la soberanía de las islas Falkland (sic) . Ellos van a tener un referéndum el mes próximo. Pero nosotros no negociaremos ni podemos negociar sobre soberanía al menos que los isleños deseen hacerlo. Nosotros apoyamos sus derechos. Sería bueno si esto es comprendido por el gobierno argentino y, entonces, así podemos hablar de todas estas cuestiones. En este momento, Gran Bretaña está expandiendo su presencia diplomática en el resto de América Latina. Vamos a abrir una nueva embajada en Paraguay, acabamos de abrir una en El Salvador, tenemos un nuevo consulado en el norte de Brasil. Esta semana abrí un diálogo estratégico con el canciller de Brasil, el más amplio y detallado sobre política exterior que hayamos tenido con ese país. ¿Estamos expandiendo nuestra presencia comercial en tantos países latinoamericanos! Nosotros deberíamos poder hacerlo con Argentina. De alguna manera Argentina se está perdiendo este creciente énfasis británico en América Latina.
-¿Están dispuestos a tratar de hacerlo con este gobierno o van a esperar a otro?
-No depende de nosotros. Argentina es un país soberano y los argentinos eligen su gobierno. Nosotros estamos listos a negociar con cualquier gobierno de Argentina que tenga un acercamiento constructivo. El actual gobierno no ha adoptado este acercamiento y es una cuestión para lamentar. Pero estamos abiertos y si hay un cambio de política será beneficioso para Argentina y será bien recibido por la gente de las islas.
-Usted dice que soberanía no está en discusión, ¿pero no esta una posición irreal cuando la cuestión de la soberanía es el quid de la cuestión en un conflicto que lleva 180 años y las islas se encuentran en la plataforma argentina? ¿Cómo entonces se puede avanzar en esta situación?
-Yo pienso que la única forma de avanzar es con cooperación práctica en las cuestiones que preocupa a la gente de las islas y a la gente de Argentina: pesca, hidrocarburos y otros temas. En el mundo moderno, en el siglo XXI, la cuestión de la soberanía es sobre la gente y no sobre territorios. Pensar que esta es una cuestión territorial es la vieja manera colonial de pensar. En el mundo moderno, creemos en la autodeterminación de los pueblos en una sociedad democrática. No le decimos a la gente en ninguna parte del mundo: “Usted va a vivir bajo la soberanía de otro país diferente cuando no quiere”. No es la manera en que tratamos a la gente. La soberanía de las islas no se puede negociar salvo que los isleños quieran que lo hagamos. Y no hay un signo de ello.
-¿Y vamos a ver una evolución del concepto de soberanía?
-En este momento no veo ninguna evolución de ese concepto (sonrisa). Pero eso depende de las islas Falkland (sic) . Ese es mi punto. Nosotros creemos en la autodeterminación como parte de la Carta de la ONU. Uno no puede decir que cree en la autodeterminación pero no para esa gente y esa parece ser la posición del actual Gobierno argentino.
-El canciller Timerman sostiene que eso es un concepto colonial y los isleños no existen, ¿cuál es su opinión?
-Vi eso. Ellos existen. Les puedo asegurar que existen y ellos estaban aquí el miércoles esperando encontrarlo. Es gente con los mismos derechos que la gente que vive en Argentina o Gran Bretaña. Ellos deciden sus propios cuestiones: tienen soberanía británica, su propia asamblea legislativa, deciden sus políticas y también ambiciones. Tienen los mismos derechos que todos nosotros para elegir por quien quieren ser gobernados y bajo que soberanía quieren vivir.
-¿Cree que esta guerra de palabras de Timerman está vinculada al referéndum en las islas?
-Podría ser que ésta reciente visita este ligada a eso. Hay que preguntarle a él. Nosotros hemos visto a la largo del actual gobierno argentino presiones, una actitud de acoso hacia los isleños. Pienso que esto es una intensificación de eso y si está relacionado con la próxima consulta, digo nuevamente que esto es una democracia. Ellos están haciendo un referéndum que va a ser justo, abierto. Cada uno puede votar como desee y no debemos tener miedo a la democracia .En el siglo XXI uno no puede tener miedo a la democracia ni tener miedo a la autodeterminación.
-Después del referéndum, ¿irán por la autodeterminación o la independencia o seguirán siendo un territorio británico de ultramar?
-Con respecto al petróleo y gas, ¿existen posibilidades de negociaciones y colaboración con respecto a Argentina? ¿Bajo qué términos?
-De esto se habló en los 90. Pienso que si Argentina tiene un gobierno diferente o un acercamiento diferente, todo va a ser vuelto a hablar. Eso dependerá de los isleños. Ellos realmente manejan sus asuntos, no será determinado por Gran Bretaña. Va a depender de los isleños y Argentina. Deben negociar esto juntos. Yo no voy a hacerlo sentado aquí en Londres.
-Argentina cree que Gran Bretaña no quiere sentarse a negociar no ya por los recursos en las islas sino por los de la Antártida.
-No, la razón por la que no negociamos la soberanía es por la cuestión de la autodeterminación en las islas. No hay otras consideraciones. En todo caso, nuestro involucramiento en la Antártida es por razones científicas. Hacemos un montón de trabajo científico allí y no tenemos otra presencia que la científica. La cuestión de las islas Falkland para nosotros es puramente una cuestión de democracia y autodeterminación.

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