ecuador: nada es tan exitoso como el éxito
Rafael Correa "actúa" con su gran y eficaz! histrionismo , el juicio que le merece el diario de la opo "El Universal"...jijiji |
Leemos un balance de Mark Weisbrot (1) sobre los motivos del contundente
triunfo de Rafael Correa en las elecciones ecuatorianas, con un discreto pero no
menos evidente correlato en la gestión de diversos populismos regionales
exitosos.
Rafael Correa está muy por delante de su más
cercano rival en las elecciones presidenciales de este domingo en Ecuador. Se
espera que gane fácilmente otro período presidencial de cuatro años. Y no es
difícil ver por qué.
El desempleo disminuyó a 4,1 por
ciento a fines del año anterior –una baja record en más de 25 años. La
pobreza ha bajado 27 por ciento desde 2006. El gasto público en educación es
ahora más del doble en términos reales (ajustados a la inflación). Un aumento
creciente del gasto en salud ha ampliado el acceso de la población a la atención
médica. Otros gastos sociales también han crecido sustancialmente, incluyendo
una enorme expansión del crédito subsidiado para la vivienda.
Aunque todo esto suene insostenible, no lo
es. Los pagos de intereses de la deuda pública del Ecuador son menores al 1
por ciento del PIB, cifra insignificante. Además, la relación deuda pública /
PIB es un modesto 25 por ciento.
The Economist, poco amigable con los
regímenes izquierdistas que gobiernan la mayor parte de Sudamérica, atribuye el
éxito de Correa a “una mezcla de suerte, oportunismo y habilidad”. Pero
realmente es la habilidad la que marca la diferencia.
Quizá Correa haya tenido suerte ( viento
de cola) , pero no ha sido buena suerte: asumió sus funciones en enero de
2007 y al año siguiente Ecuador fue uno de los países más golpeados en el
hemisferio por la crisis financiera internacional y la recesión mundial. Eso se
debió a su alta dependencia de las remesas del exterior (enviadas por sus
trabajadores en Estados Unidos y España), y a las exportaciones de petróleo, que
entonces representaban el 62 por ciento de todas las exportaciones y el 34 por
ciento de los ingresos fiscales. Los precios del petróleo colapsaron en 79 por
ciento en 2008 y las remesas también cayeron. El efecto combinado en la economía
del Ecuador fue comparable al colapso estadounidense de la burbuja inmobiliaria,
la cual trajo la Gran Recesión.
Y Ecuador también tuvo la
mala suerte de carecer de su propia moneda (había adoptado el dólar
estadounidense en 2000). Por eso no pudo usar su tipo de cambio ni otra política
monetaria para contrarrestar la recesión. Pero Ecuador sorteó la tormenta con
una leve recesión que duró tres trimestres. Un año después había regresado al
nivel previo a la recesión, y entró al sendero de los logros que han hecho de
Correa uno de los presidentes más populares del hemisferio.
¿Cómo lo hicieron? Tal vez lo más
importante fue un gran estímulo fiscal en 2009, alrededor del 5 por ciento del
PIB (lo que debíamos haber hecho en Estados Unidos). Gran parte de esa
cantidad se dedicó a la construcción, con la expansión gubernamental del crédito
a la vivienda en US$ 599 millones en 2009, y continuando con grandes créditos
hasta 2011.
Pero el Gobierno además debió reformar y
volver a regular el sistema financiero, para que las cosas funcionen. Aquí fue
que se embarcaron en lo que posiblemente sea la más integral de las reformas
financieras que se hayan hecho en un país en lo que va de este siglo. El
Gobierno retomó el control del Banco Central y ordenó la repatriación de unos
US$ 2.000 millones de sus reservas en el exterior. Tal cantidad sirvió para que
la banca pública concediera préstamos para infraestructura, vivienda,
agricultura, y otras inversiones domésticas.
Se impusieron tributos a la salida de
capitales al exterior y se exigió a los bancos que mantuvieran el 60% de sus
activos líquidos en el interior del país. Se bajaron las tasas reales de
interés, a la vez que se aumentaron los impuestos a los bancos. El Gobierno
renegoció sus acuerdos con las petroleras multinacionales, cuando subieron los
precios del petróleo. Los ingresos fiscales subieron del 27 por ciento
del PIB en 2006 a más del 40 por ciento el año pasado.
La administración de Correa adicionalmente
incrementó el fondeo al sector financiero ‘popular y solidaria’ -cooperativas,
cajas y otras organizaciones colectivas. Los préstamos de las cooperativas se
triplicaron en términos reales entre 2007 y 2012.
El resultado final de esta y otras reformas
fue hacer al sector financiero más útil a los intereses del pueblo, en vez de
hacer lo contrario (como en Estados Unidos). Para tal fin, el Gobierno separó el
sector financiero de los medios de comunicación –antes de ser elegido Correa,
los bancos poseían la mayoría de los grandes medios- e introdujo reformas
antimonopólicas.
Por supuesto, la
sabiduría convencional dice que dichas prácticas “desfavorables para los
negocios” como la renegociación de contratos petroleros, el incremento del
tamaño y de la capacidad regulatoria del Gobierno, el aumento de impuestos y la
restricción de los movimientos de capital, constituyen una receta segura para el
desastre económico. Para colmo, Ecuador no pagó un tercio de su deuda
externa, después de que una comisión internacional descubriera que esa porción
de la deuda había sido contratada ilegalmente. Y la “independencia” del
Banco Central - revocada por Ecuador – todavía es considerada sacrosanta por
muchos economistas. Pero Correa, Ph.D. en Economía, supo cuando era mejor
ignorar a la mayoría de sus colegas.
Correa ha ganado mala reputación en la
prensa por navegar contracorriente y –quizá lo que es peor a los ojos de la
prensa especializada en temas económicos – por haber salido victorioso. El
peor ataque de los medios surgió cuando Ecuador ofreció asilo al ‘soplón’ de
Wikileaks, Julian Assange.
Pero en eso, igual que en su política económica y en su reforma financiera, Correa tenía razón. Era obvio, especialmente tras la amenaza británica sin precedentes de invadir la Embajada del Ecuador, que se trataba de una persecución política. Fue raro, pero alentador, que un político se parara firme contra tan poderosas fuerzas –Estados Unidos y sus aliados europeos, más la prensa internacional - por salvar un principio. No obstante, la tenacidad y la valentía de Correa han dado renombre a su país.
Pero en eso, igual que en su política económica y en su reforma financiera, Correa tenía razón. Era obvio, especialmente tras la amenaza británica sin precedentes de invadir la Embajada del Ecuador, que se trataba de una persecución política. Fue raro, pero alentador, que un político se parara firme contra tan poderosas fuerzas –Estados Unidos y sus aliados europeos, más la prensa internacional - por salvar un principio. No obstante, la tenacidad y la valentía de Correa han dado renombre a su país.
(1) Mark Weisbrot es codirector del Center for
Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C. Obtuvo un doctorado en
economía por la Universidad de Michigan. Es también presidente de la
organización Just Foreign Policy.
100 motivos para el triunfo de correa
Durante los últimos cinco años, el Ecuador
ha experimentado las transformaciones más importantes de su historia. La
inequidad, el desempleo y la pobreza disminuyen; se construyen más hospitales y
carreteras; miles de niños y niñas dejan las calles para ingresar a las
escuelas.
Estos y otros triunfos ciudadanos se encontrarán en los 100 logros de la Revolución Ciudadana, una publicación de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), con apoyo de los Ministerios Coordinadores, que recopila los resultados más significativos conseguidos por el Gobierno Nacional y el pueblo ecuatoriano, durante el período 2007-2012.
Estos y otros triunfos ciudadanos se encontrarán en los 100 logros de la Revolución Ciudadana, una publicación de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), con apoyo de los Ministerios Coordinadores, que recopila los resultados más significativos conseguidos por el Gobierno Nacional y el pueblo ecuatoriano, durante el período 2007-2012.
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