jueves, 7 de febrero de 2013

los consejos de degano son como los de la pitonisa vucasovich,no sirven para nada

VECINOS COMO PROMOTORES DE LA SEGURIDAD PUBLICA


Crónica de nuestra visita a la Capital Federal para conocer uno de los programas más exitosos en seguridad solidaria: el Plan Alerta Núñez.


Desde el mismo momento en que nos decidimos a participar en política trabajamos respetando nuestros principios. Entre ellos, la responsabilidad de prepararnos, estudiar los temas y elegir a las mejores y más capaces personas para afrontar los desafíos que impone la gestión pública.

Las políticas de seguridad se han convertido en una de las prioridades para nuestro grupo de trabajo. Estamos convencidos del rol activo que debe tener un gobierno municipal en la prevención del delito y queremos que nuestra ciudad esté a tono con las políticas de seguridad pública que han puesto en práctica las ciudades más avanzadas del mundo.

Habiendo conformado nuestro grupo de equipos técnicos, desde hace tiempo venimos estudiando pormenorizadamente distintas acciones que nos permitan conformar una propuesta integral en materia de prevención del delito.

Hace algunas semanas, viajamos al Municipio de Tigre, en la Provincia de Buenos Aires, para conocer su Programa de Seguridad Ciudadana. En la reunión que mantuvimos con el Intendente Sergio Massa ratificamos que una política pública que apunte a tener una ciudad más segura debe integrar tres pilares fundamentales: decisión política, gestión e inversión. 

Un plan sistemático y pensado a largo plazo que tiene como eje fundamental la  inversión en  tecnología le ha permitido a Tigre convertirse en un ejemplo para cualquier municipio que quiera encarar el problema de la inseguridad de manera seria e inteligente. La inversión en máquinas, se complementa perfectamente con la inversión en recursos humanos capacitados para manejar esas herramientas con una conducción política clara.

Es un modelo exitoso de gestión que debemos tener en cuenta. No obstante, la semana pasada quisimos conocer una experiencia creada a partir de una situación diferente: cuando el Estado desaparece, los ciudadanos siguen ahí, y en muchas oportunidades, asumen el rol de protegerse a sí mismos para poder defenderse.

Cada tanto, quedamos estupefactos mirando alguna noticia donde un vecino, en pos de defenderse de un acto delictivo, hiere o incluso, da muerte  a un delincuente con el uso de un arma de fuego.  Estos actos, lamentables por donde se los mire, son consecuencia  de un estado de indefensión total de la ciudadanía ante el avance del delito y la sensación de que la única posibilidad que tenemos de defendernos de los hechos de inseguridad cotidianos es a través de la utilización  de nuestras propias armas. 

Hay otra manera de defendernos y trabajar entre todos para poder vivir más seguros. Estamos hablando de un nuevo paradigma en materia de seguridad, que promueva la asociación comunitaria con un espíritu solidario y de colaboración con las autoridades públicas.

El “Plan Alerta” es una adaptación del “Neighbourhood Watch”, un programa de observadores comunitarios que nació en Inglaterra. Básicamente, la idea es que los vecinos de los barrios puedan darse una organización para poder cuidarse entre todos interactuando con las fuerzas policiales, las autoridades políticas, y el poder judicial. Actualmente, funcionan allí 157.000 programas de observadores comunitarios que cubren 6 millones de casas y conectan 10 millones de personas.

En nuestro país, se están gestando experiencias similares con el mismo espíritu y organización. Una de las más antiguas y exitosas, funciona en el barrio porteño de Nuñez, donde, desde hace casi diez años los vecinos se organizan solidariamente para intentar vivir más seguros.

Para conocer la experiencia, viajamos a la Ciudad de Buenos Aires y tuvimos una amena charla donde la mesa organizadora del Plan nos contó su historia y metodología de trabajo.

La experiencia nació como consecuencia del estado de indefensión de los vecinos ante una ola delictiva que afectó el barrio en el año 2001. Con el paso del tiempo, el grupo adquirió volumen, y hoy son 1500 las familias conectadas entre sí en una red de comunicación que busca que cada una sepa lo que le pasa a la otra para poder ayudarse.

No estamos hablando se suplantar al Estado. La seguridad pública  es una función indelegable del aparato estatal. Lo que estamos planteando, es que los ciudadanos no deben ser tratados como meros espectadores en el diseño, la ejecución y el control de las políticas públicas sino que los gobiernos deben integrarlos, darles herramientas y sobre todas las cosas, promover un rol activo del vecino para acompañar y trabajar junto a las autoridades públicas para poder prevenir el delito.

No hay excusas. En la Ciudad de Santa Fe, la participación ciudadana en seguridad está legislada hace quince años. La ordenanza 10289/98 da vida al Plan de Seguridad Urbana Municipal y hace especial mención a la responsabilidad que tiene el vecino de intervenir en pos de colaborar para disuadir el delito. Además, esa norma insta a la conformación de las Juntas de Seguridad Barriales como el ámbito institucional de participación de las instituciones intermedias que coexisten en cada territorio.

Lamentablemente, poco y nada de todo esto se da en la práctica. Las escasas reuniones que se llevan adelante, son auto convocadas por los propios vecinos y no cuentan con funcionarios de jerarquía que puedan canalizar esas demandas. El espíritu de la ordenanza no era crear grupos de catarsis vecinales, sino ámbitos de debate, control y propuestas para mejorar la seguridad entre todos.

La inseguridad nos encierra en nuestras casas. Nos lleva a retraernos en nuestros espacios más cercanos y nos aleja de los demás. Si no podemos estar con más gente, perdemos fuerza, una ciudadanía fuerte se construye cuando estamos juntos. Romper con la barrera del miedo exige un Estado que promueva la asociación, la participación y la colaboración con y entre la ciudadanía. Las herramientas están, esperamos ahora por la decisión política de llevarlas adelante.



                                                                                 Diego Degano

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