EL GOBERNADOR CORDOBES CLAUSURO UN NUEVO TRANSMISOR DE TDT
En todos los casos, el gobierno de De la Sota justificó la clausura de las antenas por cuestiones ambientales, sin dar mayores precisiones. Según la última resolución, que afectó a las instalaciones de Villa María, la documentación presentada por Arsat fue “insuficiente e incompleta” en relación con los requisitos de la Ley 7343. “En pos de ello, se debe tener presente que cuando haya peligro grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces”, puede leerse en la resolución firmada el 28 de diciembre del año pasado.
“Nunca vino la Secretaría de Ambiente a plantearnos nada. Se tomó la decisión sin una comunicación previa a Arsat como para que pudieran contraargumentar. Hace más de un año que desde la intendencia no hay contactos con el gobernador”, indicó a Página/12 el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, quien responde al kirchnerismo. El funcionario agregó que realizará la denuncia en la Justicia y que buscará emitir una resolución en el Consejo Deliberante para rechazar las sucesivas clausuras del gobernador.
Desde la CNC explicaron a este diario que en todas las instalaciones realizadas en el país se llevaron adelante las mediciones ambientales correspondientes, todas las torres están alejadas de las ciudades, y se le pidió autorización a la ANAC, por el tema de las interferencias aéreas. “En conversaciones informales, los funcionarios de De la Sota nos dijeron que iban a dar de baja las antenas para diferenciarse del gobierno nacional. Nunca nos dieron precisiones técnicas. La discusión es política”, sostuvo a este diario Carlos Vicente, delegado coordinador de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) en Córdoba.
Lo que ocurrió en Río Cuarto fue diferente que en los otros dos casos. El 12 de marzo de 2012, Arsat firmó un convenio con la empresa provincial de energía (EPEC), donde se acordó la utilización conjunta del predio para instalar la antena de la TDT. En el lugar ya existía una torre y antena, y nunca se había planteado la problemática ambiental. El pasado 3 de diciembre, la Secretaría de Ambiente de la provincia emitió una resolución en donde recomendó el cese de las instalaciones, bajo el argumento de que faltaba documentación sobre las estructuras que se estaban montando. Al día siguiente, la empresa provincial de energía rescindió el convenio con Arsat y luego las autoridades provinciales decomisaron los equipos.
La TDT permite a aquellos que tengan un decodificador la posibilidad de acceder a más de 20 canales de aire, de manera gratuita. Para muchos, es la primera posibilidad de acceder a una multiplicidad de opciones culturales que antes sólo estaban reservadas a quienes pudieran pagar un abono de cable. La TDT es una competencia para el cable. En Córdoba, la empresa Cablevisión, que pertenece al Grupo Clarín, cuenta con 379.678 abonados y posee 33 licencias de cable, cuando por ley sólo puede tener 24.
De la Sota bajó otra antena
Por Sebastián Premici
El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, clausuró una nueva antena de Televisión Digital Terrestre (TDT). Ayer fue el caso de Villa María, que se suma a las clausuras de Leones y Río Cuarto. En las distintas resoluciones de la Secretaría de Ambiente provincial, se afirmó que Arsat no presentó la información correspondiente al “aviso de proyecto”, por ende las antenas fueron canceladas “para evitar que suceda lo peor” desde el punto de vista ambiental, aunque en ninguno de los casos la gobernación aclaró cuáles eran esos peligros potenciales. El responsable de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), Ceferino Namuncurá, explicó a Página/12 que una antena de TDT posee una radiación no ionizada diez veces menor a una radio AM, y que al estar a 100 metros de altura, no presenta perjuicios para la salud humana. Estas condiciones técnicas son las mismas para las más de 60 antenas ya instaladas en todo el país, donde ninguna jurisdicción alegó problemas ambientales, salvo Córdoba. “Nos está bajando las antenas de Arsat, en definitiva sabrá por qué lo hacen, a lo mejor la gente está de acuerdo en pagarle a Cablevisión y no ver televisión gratis, a lo mejor la gente quiere eso”, ironizó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante un acto realizado ayer en Casa de Gobierno.
De la Sota ya bajó tres antenas de la TDT, de un total de 5 que fueron instaladas en la provincia. Con todas estas instalaciones se alcanza una cobertura potencial de 2,7 millones de habitantes. En total, el sistema ya distribuyó 107.000 decodificadores gratuitos. “El principal impacto es sobre las personas que no pueden tener un abono de cable pago, son los jefes y jefas de hogares, los jubilados, los más vulnerables socialmente”, indicó a este diario Namuncurá.En todos los casos, el gobierno de De la Sota justificó la clausura de las antenas por cuestiones ambientales, sin dar mayores precisiones. Según la última resolución, que afectó a las instalaciones de Villa María, la documentación presentada por Arsat fue “insuficiente e incompleta” en relación con los requisitos de la Ley 7343. “En pos de ello, se debe tener presente que cuando haya peligro grave o irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces”, puede leerse en la resolución firmada el 28 de diciembre del año pasado.
“Nunca vino la Secretaría de Ambiente a plantearnos nada. Se tomó la decisión sin una comunicación previa a Arsat como para que pudieran contraargumentar. Hace más de un año que desde la intendencia no hay contactos con el gobernador”, indicó a Página/12 el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, quien responde al kirchnerismo. El funcionario agregó que realizará la denuncia en la Justicia y que buscará emitir una resolución en el Consejo Deliberante para rechazar las sucesivas clausuras del gobernador.
Desde la CNC explicaron a este diario que en todas las instalaciones realizadas en el país se llevaron adelante las mediciones ambientales correspondientes, todas las torres están alejadas de las ciudades, y se le pidió autorización a la ANAC, por el tema de las interferencias aéreas. “En conversaciones informales, los funcionarios de De la Sota nos dijeron que iban a dar de baja las antenas para diferenciarse del gobierno nacional. Nunca nos dieron precisiones técnicas. La discusión es política”, sostuvo a este diario Carlos Vicente, delegado coordinador de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) en Córdoba.
Lo que ocurrió en Río Cuarto fue diferente que en los otros dos casos. El 12 de marzo de 2012, Arsat firmó un convenio con la empresa provincial de energía (EPEC), donde se acordó la utilización conjunta del predio para instalar la antena de la TDT. En el lugar ya existía una torre y antena, y nunca se había planteado la problemática ambiental. El pasado 3 de diciembre, la Secretaría de Ambiente de la provincia emitió una resolución en donde recomendó el cese de las instalaciones, bajo el argumento de que faltaba documentación sobre las estructuras que se estaban montando. Al día siguiente, la empresa provincial de energía rescindió el convenio con Arsat y luego las autoridades provinciales decomisaron los equipos.
La TDT permite a aquellos que tengan un decodificador la posibilidad de acceder a más de 20 canales de aire, de manera gratuita. Para muchos, es la primera posibilidad de acceder a una multiplicidad de opciones culturales que antes sólo estaban reservadas a quienes pudieran pagar un abono de cable. La TDT es una competencia para el cable. En Córdoba, la empresa Cablevisión, que pertenece al Grupo Clarín, cuenta con 379.678 abonados y posee 33 licencias de cable, cuando por ley sólo puede tener 24.
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