INSEGURIDAD Y NARCOTRAFICO: PROBLEMAS SOCIALES NO
ASUMIDOS.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa
Fe
La hipocresía al final nos
termina ahogando con nuestra propia saliva.
Mientras una parte de la
sociedad, considerada retrógradamente “conservadora”, observa con preocupación
el impiadoso avance de “las drogas” (las prohibidas y las sociales), quienes
tienen la responsabilidad de generar acciones políticas y administrativas para
evitar su escandalosa proliferación libran una homérica batalla tan desigual
como la película èpica de acción estadounidense “300” que describe la
historia del Rey Espartano
Leónidas y
sus 300 guerreros espartanos que pelearon a muerte contra el "Dios-Rey"
Persa
Jerjes y
su armada de más de un millón de soldados.
Resulta en la práctica muy
difícil enfrentar un enemigo al que se lo considera poco menos que amigable en
los círculos que se debiera expulsar. Por ejemplo la liberalización del consumo
de marihuana para evitar su tráfico clandestino (como si fumar un “porro” fuese
lo mismo que un cigarrillo de tabaco), o tolerar en los núcleos familiares el
escandaloso consumo de alcohol entre los jóvenes y a edades cada vez más tempranas; seductor
pasadizo hacia los estupefacientes. Según estadísticas del Sedronar, en diez
años, el consumo de cocaína entre estudiantes secundarios santafesinos pasó del
0,1 al 2,7 por ciento. Casi tres veces más. El de marihuana, en tanto, creció
diez veces. No son chicos de la calle; supuestamente viven en familias; tienen
padres y madres.
Los límites se bifurcan y
confunden hasta dejar de existir entre quienes aún no tiene plena conciencia de
los mismos (los jóvenes) si los mayores que deberían imponerlos se auto-inhiben
para no quedar expuestos como “tradicionalistas”. El círculo familiar tal como
se conocía tradicionalmente (también con sus miserias) esta cediendo terreno a
estructuras mas flexibles y permisivas. Los padres de familia deberían comenzar
a responder a la desafiante pregunta de sus hijos: ¿qué tiene de malo?, por la
contra cara: ¿y qué tiene de bueno?. Un detalle: primero hay que dar el
ejemplo.
Así las cosas, con una
sociedad que va corriendo sus propios límites aceptando como normal lo que
histórica, filosófica y antropológicamente no puede serlo (está demostrado que
las cosas no van mejor de esta manera, sino no estaríamos alarmados por lo que
ocurre, que por cierto no es fruto de una invasión intergaláctica), no le
pidamos milagros a los bienintencionados – que los hay- gobernantes que intentan hacer algo.
La droga unifica
transversalmente la miseria humana y social. Claro está que los más pudientes
tienen más herramientas para defenderse socialmente. El problema, que termina
siendo también de los mas pudientes por acción u omisión, lo padecen los mas
pobres y su estrato mas decadente: los marginales, (a los cuales después, si
pudieran, muchos quisieran extinguir) que a pesar de los publicitados esfuerzos
de los gobernantes por sacarlos de tal situación aún se cuentan por millones en
Argentina.
Allí están, transformándose
de a poco en manipulados “soldados” del narcotráfico ostentando, orgullosos,
rangos que les permite granjearse un respeto como personas que jamás tendrán,
porque, y ya lamentablemente por generaciones, se saben excluidos, no se la
sociedad - a esta altura una abstracción en sus vidas- sino de la propia
existencia humana. En eso se les va la vida. Y la de los demás. Según las
crónicas, en Rosario los narcos reclutan “chicos-soldados” por $ 150 pesos por
día que atacan a tiros a militantes sociales para impedir que recuperen menores
de la calle.
Pero a no confundirse: lo
divisábamos en nuestro anterior artículo y lo ratificó un sacerdote rosarino
radicado en el barrio donde existen enfrentamientos entre traficantes de droga:
el consumo de drogas se da entre boulevares y entre gente de bien. Seguramente
religiosos y trabajadores sociales de cualesquiera de los superpoblados barrios
de los grandes centros urbanos de Argentina podrían relatar lo mismo. Los
marginales barriales son meros engranajes de una cadena que los necesita primero
adictos (para peor con los residuos de “la buena” como el paco que los va
transformando en descerebrados mutantes) para satisfacer su propio consumo y
luego ser mercaderes del menudeo hacia los distinguidos clientes, que
evidentemente cuentan con protección policial, política y judicial para que la
“mercadería” les siga llegando sin desagradables contratiempos. El circuito
continúa con la circulación del dinero resultante. Pero esa es otra historia mas
sofisticada que también forma parte de una gran
hipocresía.
¿Para que semejante
introducción?. Para dejar en claro que no habrá gobernantes ni plan de acción
eficaz contra el delito, sea cual fuere su patrón, (en este caso nos ocupamos de
la droga que corta transversalmente a la sociedad(, que resulte exitoso si
persistimos en vivir socialmente descontrolados, violentos y de manera egoísta,
dispuestos a transgredir desde las más elementales normas de tránsito (y encima
insultar pornográficamente al automovilista de al lado en presencia de nuestros
hijos), como de mínima urbanidad sacando por ejemplo, la basura fuera de horario
o colocarla en la puerta del vecino.
Después pedimos “mano dura”
para con los delincuentes y traficantes, que se multiplican fértilmente en una
sociedad desviada de sus valores de convivencia. En Rosario casi peligra la
realización del amistoso clásico de fútbol por una ola de atentados incendiarios
contra inmuebles cuyos propietarios estaban relacionados con las parcialidades;
a tal punto que Guillermo Tofoni, el empresario organizador de los partidos,
confesó estar arrepentido e ironizó “es más fácil organizar un
Argentina-Inglaterra en las Islas Malvinas que el clásico de
Rosario”.
Para peor, el año electoral
contamina todo: hasta la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico; todo se
magnifica grotescamente (como cuestionar que el Gobernador tome una semana de
licencia) ante una comunidad que, como dijimos, no está muy predispuesta a
asumir sus culpas, pero sanciona con el voto, convencida de que estará aplicando
un correctivo a quienes no cumplieron con su deber de
gobernantes.
Urnas y paritarias no se toman
vacaciones
El Ministro de Gobierno y
reforma del Estado Rubén Galassi confirmó a Rosario/12 que las elecciones
nacionales y provinciales se harán juntas, si es posible mantener el sistema de
boleta única para las locales. Como en la práctica es poco menos que imposible
congeniar ambos sistemas (boleta única y sábana nacional), ó las elecciones son
separadas; ó se votará el mismo día para todas las categorías con boleta sábana.
Eso seguramente dependerá del oportuno y conveniente diálogo entre el Gobernador
Antonio Bonfatti (que hará el formalismo de consultar con los partidos políticos
con representación parlamentaria, la mayoría de los cuales forman parte de la
coalición gobernante y el resto, salvo el PRO, responde a La Rosada ) y la Sra Presidente Cristina
Fernández.
De paso, Galassi le contó a
los colegas rosarinos que el miércoles 6 de febrero estará convocando a
paritarias, con una oferta salarial que seguirá la pauta de inflación medida por
el Instituto Provincial de Estadística y Censos. O sea poco más del 21%.
Mientras la
Nación pide no sobrepasar el 20% de aumento y los gremios ya
comenzaron a firmar por el 25%.
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