3 DE MAYO, Día Mundial de la Libertad de Prensa
de El Expreso, el Martes, 03 de mayo de 2011 a las 10:16
LOS TRABAJADORES DE LA COMUNICACIÓN DECIMOS:
La constante presión por parte de los poderes estatales en sus distintos estamentos y niveles, exigiendo tanto la supresión de ciertas informaciones como la univocidad en la versión que se da de ciertos acontecimientos, torna la actividad de la comunicación en la provincia de Entre Ríos y la mayoría de sus principales ciudades, en una mera reproducción de la visión de la realidad que los factores de poder pretenden imponer.
Si bien quienes ejercen bajo la impunidad de las estructuras del Estado este tipo de presiones no son originales en su accionar, pues con anterioridad y aún en democracia, este tipo de coacciones se han visto en Entre Ríos, el grado extremo en que la practican, la cotidianeidad de las exigencias y hasta la nimiedad de los asuntos sobre los cuales se ejerce, han llevado las cosas a un extremo insoportable.
Exigimos trabajar con tranquilidad, en el bullicio propio de las discusiones democráticas, pero sin el temor constante a perder el trabajo, a recibir sanciones o a convertirse en un paria por expresar opiniones o, simplemente, dar a conocer una información.
La carrera electoral lanzada prematuramente para dirimir las autoridades provinciales y locales en cada ciudad, acentúa aún más el cauce de este accionar que parece no encontrar límite.
Las posibilidades abiertas a través de la participación popular en el proceso político, principalmente para grupos de jóvenes hasta no hace mucho tiempo alejados de la militancia y descontentos con la democracia y sus herramientas, así como la sanción reciente de la legislación que abre el esquema cerrado y monopólico de los medios de comunicación, son oportunidades que se desaprovechan y que podrían causar un clima extremo de descontento y frustración si se impone una verdad única, si se utilizan sin ningún empacho los recursos y medios del Estado para acallar, soterrar visiones diferentes o componer estructuras empresarias que, en forma paraestatal, actúen como guardianes de un nuevo orden.
Los medios y los trabajadores de la comunicación son personas distintas. No se pueden subsumir unos en otros. Las empresas periodísticas actúan de acuerdo a sus intereses comerciales; los periodistas nos guiamos por nuestro leal saber y entender, por nuestro compromiso con la búsqueda de la verdad y hasta con la filiación política que hemos elegido.
Hasta aquí hemos llegado. Con paciencia esperamos la autocorrección del problema que afecta no sólo la libertad de expresión de las personas que ejercemos la comunicación en forma profesional sino también, y esto es lo más grave, el derecho a la información de la comunidad, que se encuentra en forma constante con una sola verdad, una sola versión de los acontecimientos, una sola interpretación de los hechos, reproducida hasta el hartazgo por distintos canales.
Sabemos que esta exposición pública generará reacciones de quienes se creen dueños de la verdad. Ya no importa. Ya no hay más espacio para retroceder. Detrás está el abismo que tira por la pendiente nuestra dignidad como personas, como trabajadores y, aún más importante, la de nuestras familias.
Así como los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, las sociedades acceden al periodismo que saben construir. Entendemos que los entrerrianos se merecen un periodismo libre. Aún hay una posibilidad abierta.
En nombre de los trabajadores de la comunicación, la Comisión Directiva de la Unión de Trabajadores de la Comunicación.
Secretario General: Juan A. Bracco
Secretario Adjunto: Alfredo Hoffman
Secretaria de Organización: Flavia Fuentes Copello
Secretaria de Difusión: Virginia Dallacaminá
Secretaria de Relaciones Laborales: Lorena Albornoz
Secretario de Acción Social: José Bantar
Secretaria Administrativa y de Finanzas: María José Viglione.
La constante presión por parte de los poderes estatales en sus distintos estamentos y niveles, exigiendo tanto la supresión de ciertas informaciones como la univocidad en la versión que se da de ciertos acontecimientos, torna la actividad de la comunicación en la provincia de Entre Ríos y la mayoría de sus principales ciudades, en una mera reproducción de la visión de la realidad que los factores de poder pretenden imponer.
Si bien quienes ejercen bajo la impunidad de las estructuras del Estado este tipo de presiones no son originales en su accionar, pues con anterioridad y aún en democracia, este tipo de coacciones se han visto en Entre Ríos, el grado extremo en que la practican, la cotidianeidad de las exigencias y hasta la nimiedad de los asuntos sobre los cuales se ejerce, han llevado las cosas a un extremo insoportable.
Exigimos trabajar con tranquilidad, en el bullicio propio de las discusiones democráticas, pero sin el temor constante a perder el trabajo, a recibir sanciones o a convertirse en un paria por expresar opiniones o, simplemente, dar a conocer una información.
La carrera electoral lanzada prematuramente para dirimir las autoridades provinciales y locales en cada ciudad, acentúa aún más el cauce de este accionar que parece no encontrar límite.
Las posibilidades abiertas a través de la participación popular en el proceso político, principalmente para grupos de jóvenes hasta no hace mucho tiempo alejados de la militancia y descontentos con la democracia y sus herramientas, así como la sanción reciente de la legislación que abre el esquema cerrado y monopólico de los medios de comunicación, son oportunidades que se desaprovechan y que podrían causar un clima extremo de descontento y frustración si se impone una verdad única, si se utilizan sin ningún empacho los recursos y medios del Estado para acallar, soterrar visiones diferentes o componer estructuras empresarias que, en forma paraestatal, actúen como guardianes de un nuevo orden.
Los medios y los trabajadores de la comunicación son personas distintas. No se pueden subsumir unos en otros. Las empresas periodísticas actúan de acuerdo a sus intereses comerciales; los periodistas nos guiamos por nuestro leal saber y entender, por nuestro compromiso con la búsqueda de la verdad y hasta con la filiación política que hemos elegido.
Hasta aquí hemos llegado. Con paciencia esperamos la autocorrección del problema que afecta no sólo la libertad de expresión de las personas que ejercemos la comunicación en forma profesional sino también, y esto es lo más grave, el derecho a la información de la comunidad, que se encuentra en forma constante con una sola verdad, una sola versión de los acontecimientos, una sola interpretación de los hechos, reproducida hasta el hartazgo por distintos canales.
Sabemos que esta exposición pública generará reacciones de quienes se creen dueños de la verdad. Ya no importa. Ya no hay más espacio para retroceder. Detrás está el abismo que tira por la pendiente nuestra dignidad como personas, como trabajadores y, aún más importante, la de nuestras familias.
Así como los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, las sociedades acceden al periodismo que saben construir. Entendemos que los entrerrianos se merecen un periodismo libre. Aún hay una posibilidad abierta.
En nombre de los trabajadores de la comunicación, la Comisión Directiva de la Unión de Trabajadores de la Comunicación.
Secretario General: Juan A. Bracco
Secretario Adjunto: Alfredo Hoffman
Secretaria de Organización: Flavia Fuentes Copello
Secretaria de Difusión: Virginia Dallacaminá
Secretaria de Relaciones Laborales: Lorena Albornoz
Secretario de Acción Social: José Bantar
Secretaria Administrativa y de Finanzas: María José Viglione.
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