Hace 10 navidades el presidente R. Saá prometía una nueva moneda argentina
Adolfo Rodríguez Saá lideró al país durante la última semana del 2001. De sus promesas económicas desde la Rosada a su tablet en el Senado actual. Fotos.
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25.12.2011 | 18:40
En la Navidad del 2001, Rodríguez Saá presidía la Argentina. | Foto: Télam
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Adolfo Rodríguez Saá pasó a la historia de la política argentina por ser el "caudillo" de San Luis durante 20 años (1983-2003) y por haber sido el presidente interino durante la crisis de 2001 que declaró el default ante la sorpresa general. Lo que pocos recuerdan es que el actual senador nacional también quiso imponer una nueva moneda, el "Argentino", que jamás llegó circular.
El 23 de diciembre, Rodríguez Saá obtuvo 169 votos a favor y 138 en contra de la Asamblea Legislativa y fue designado Presidente interino hasta el 5 de abril de 2002, fecha en que debía entregar el mando al presidente salido. Lo tuvo que hacer mucho antes.
En su discurso inaugural, el puntano confirmó la ruptura con las políticas menemistas y sorprendió al país al anunciar la suspensión de pagos de las deudas externa. La Argentina cayó en default.
No fue todo: Rodríguez Saá prometió un millón de puestos de trabajo (el desempleo rozaba el 20%) y la creación de un seguro de desempleo de 300 pesos para cada cabeza de hogar y de 60 pesos por hijo de hasta 18 años. Nunca se cumplió. Así y todo, mantuvo el corralito y la Ley de Convertibilidad de 1991, que estallaría a los pocos días con la asunción de Eduardo Duhalde.
Para el día de Navidad Rodríguez Saá se guardó otro "regalito" y anunció la emisión de una tercera moneda, el “Argentino”, cuya función primordial sería -según dijo- "inyectar liquidez al consumo popular”. Esa idea pretendia sustituir a los distintos bonos de los gobiernos provinciales para el pago de salarios o pensiones, lo que luego, a nivel nacional, llegaron a ser lo patacones y lecop. Del Argentino no se supo más.
Cuatro días después, manifestantes 'asaltaron' el Congreso de la Nación, provocaron destrozos en el parlamento y el puntano comenzó a contar sus últimos días en el poder.
El 30 de diciembre, tras no recibir el respaldo de la mayoría de los gobernadores del PJ, el presidente interino viajó a San Luis y desde su feudo anunció su renuncia “indeclinable”. Rodríguez Saá responsabilizó a las “actitudes de mezquindad y retaceo” exhibidas por los dirigentes nacionales.
Como Ramón Puerta dimitió como presidente provisional del Senado al mismo tiempo, la jefatura del Estado en funciones recayó en el segundo en la línea de sucesión, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. También duró pocos días.
10 años después. Después de haber sido diputado nacional por San Luis (2003-2007), Adolfo Rodríguez Saá llegó al Senado, donde ejerce el antikirchnerismo en el bloque del peronismo disidente. Al mismo tiempo, "el Adolfo" (así le dicen en su provincia) 'apadrinó' a su hermano, "el Alberto" para que los sucediera en la gobernación de San Luis hasta hoy.
En las sesiones extraordinarias de la semana pasada, el puntano volvió dar la nota de color entre debate y debate. Al iniciar su intervención contra el proyecto oficial sobre el papel mostró una "tablet" donde aparecían unos gráficos que representaban las menciones en los medios de los distintos candidatos presidenciales y su hermano, Alberto Rodríguez Saá, apareció último detrás de las cara de Eduardo Duhalde, Cristina Fernández, Ricardo Alfonsín, Elisa Carrió, Jorge Altamira y Alcira Argumedo.
Con ello, el senador justificó que, con su postura contra el proyecto del oficialismo, no tenía otra intención que "defender la libertad de prensa".
El 23 de diciembre, Rodríguez Saá obtuvo 169 votos a favor y 138 en contra de la Asamblea Legislativa y fue designado Presidente interino hasta el 5 de abril de 2002, fecha en que debía entregar el mando al presidente salido. Lo tuvo que hacer mucho antes.
En su discurso inaugural, el puntano confirmó la ruptura con las políticas menemistas y sorprendió al país al anunciar la suspensión de pagos de las deudas externa. La Argentina cayó en default.
No fue todo: Rodríguez Saá prometió un millón de puestos de trabajo (el desempleo rozaba el 20%) y la creación de un seguro de desempleo de 300 pesos para cada cabeza de hogar y de 60 pesos por hijo de hasta 18 años. Nunca se cumplió. Así y todo, mantuvo el corralito y la Ley de Convertibilidad de 1991, que estallaría a los pocos días con la asunción de Eduardo Duhalde.
Para el día de Navidad Rodríguez Saá se guardó otro "regalito" y anunció la emisión de una tercera moneda, el “Argentino”, cuya función primordial sería -según dijo- "inyectar liquidez al consumo popular”. Esa idea pretendia sustituir a los distintos bonos de los gobiernos provinciales para el pago de salarios o pensiones, lo que luego, a nivel nacional, llegaron a ser lo patacones y lecop. Del Argentino no se supo más.
Cuatro días después, manifestantes 'asaltaron' el Congreso de la Nación, provocaron destrozos en el parlamento y el puntano comenzó a contar sus últimos días en el poder.
El 30 de diciembre, tras no recibir el respaldo de la mayoría de los gobernadores del PJ, el presidente interino viajó a San Luis y desde su feudo anunció su renuncia “indeclinable”. Rodríguez Saá responsabilizó a las “actitudes de mezquindad y retaceo” exhibidas por los dirigentes nacionales.
Como Ramón Puerta dimitió como presidente provisional del Senado al mismo tiempo, la jefatura del Estado en funciones recayó en el segundo en la línea de sucesión, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. También duró pocos días.
10 años después. Después de haber sido diputado nacional por San Luis (2003-2007), Adolfo Rodríguez Saá llegó al Senado, donde ejerce el antikirchnerismo en el bloque del peronismo disidente. Al mismo tiempo, "el Adolfo" (así le dicen en su provincia) 'apadrinó' a su hermano, "el Alberto" para que los sucediera en la gobernación de San Luis hasta hoy.
En las sesiones extraordinarias de la semana pasada, el puntano volvió dar la nota de color entre debate y debate. Al iniciar su intervención contra el proyecto oficial sobre el papel mostró una "tablet" donde aparecían unos gráficos que representaban las menciones en los medios de los distintos candidatos presidenciales y su hermano, Alberto Rodríguez Saá, apareció último detrás de las cara de Eduardo Duhalde, Cristina Fernández, Ricardo Alfonsín, Elisa Carrió, Jorge Altamira y Alcira Argumedo.
Con ello, el senador justificó que, con su postura contra el proyecto del oficialismo, no tenía otra intención que "defender la libertad de prensa".
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