jueves, 22 de diciembre de 2011

Política

El recuerdo de militantes y amigos en el último adiós a Iván Heyn

El sepelio reunió a variados personajes de la política local. Piumato, Forster y Pablo Ferreyra hablaron del funcionario, fallecido el martes en Uruguay. Fotos.

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Por Patricio Caruso (*) | 22.12.2011 | 04:23

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El joven funcionario fue velado ayer en el barrio de Belgrano. | Foto: Patricio Caruso - Perfil.com

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Dolor, emoción y desconcierto eran las sensaciones más comunes entre la multitud de funcionarios, militantes y amigos que desfiló por una casa velatoria del barrio porteño de Belgrano para despedir a Iván Heyn, el subsecretario de Comercio Exterior que apareció muerto en su habitación de hotel en Montevideo.

"Todavía no entiendo lo que pasó, esto nadie lo esperaba", confesó a Perfil.com Pablo Ferreyra, hermano del militante del PO asesinado a fines de 2010, quien llegó a la casa velatoria al mediodía.

Emocionado al borde de las lágrimas, Ferreyra afirmó: "La verdad es que esto es tristísimo, es un amigo que se me fue. Solo resta acompañar a la familia y a los amigos".

El filósofo Ricardo Forster llegó al velorio cerca de las 16 y se lo vio más entero. Describió a Heyn como "una persona llena de vida" y sostuvo que "esto es inexplicable, en este momento sobran las palabras". Luego concluyó con una reflexión: "la mente humana es un misterio", dijo a Perfil.com.

"Para estas cosas no hay explicacion", aseguró Julio Piumato, que arribó a las 19. El sindicalista evocó a Heyn con una anécdota: meses atrás llevó a su hijo al cumpleaños del referente de La Cámpora Wado De Pedro. Allí se encontró con el funcionario y le comentó que su hijo quería estudiar Economía. El joven estuvo charlando con Heyn sobre su carrera durante dos horas.

También lo recordó Gerardo Fernández, periodista y bloguero K, quien aseguró que "no lo llegó a conocer demasiado más allá del trato periodístico". Contó a Perfil.com que un día quiso entrevistar a Heyn para su programa radial y la nota "se le cayó por un malentendido". Al día siguiente "llamó para pedir disculpas, algo que no es muy común".

"La verdad que es inexplicable", coincidió Fernández y contó que Heyn tenía "muy buena predisposición para laburar, era un tipo muy enérgico". Le queda "el mejor recuerdo de él, un muy buen tipo, siempre positivo, muy optimista".

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