Qué es el carcinoma papilar tiroideo
Es el cáncer más común de esa glándula y resulta más frecuente en mujeres que en hombres. Cuanto más grande sea el tumor, mayor será la parte de la tiroides que se deba extirpar. Con frecuencia, se extirpa toda la glándula. La tasa de supervivencia supera el 95%.
El carcinoma papilar tiroideo es el cáncer más común de la glándula tiroides. Alrededor del 80% de todos los cánceres de tiroides son de tipo carcinoma papilar y son más comunes en mujeres que en hombres. Se puede presentar en la infancia, pero casi siempre se observa en adultos aproximadamente a la edad de 45 años.
La causa de este cáncer se desconoce. Es posible que intervenga un defecto genético. La exposición a la radiación incrementa el riesgo de desarrollo de este tipo de cáncer.
El cáncer de tiroides por lo regular comienza como un pequeño tumor (nódulo) en la glándula tiroides, que está localizada en la parte central del frente del cuello.
Aunque algunos pequeños tumores o protuberancias pueden ser cáncer, la mayoría de los nódulos tiroideos son inofensivos y no son cancerosos. La mayoría de las veces no hay otros síntomas.
Al detectar un tumor en la tiroides, el médico ordena exámenes de sangre y posiblemente una ecografía de dicha glándula. Si la ecografía muestra que el tumor es mayor a 1.0 cm, se llevará a cabo una biopsia especial llamada aspiración con aguja fina. Este examen ayuda a determinar si el tumor es canceroso, porque las pruebas de la función tiroidea generalmente son normales en pacientes con esta afección.
Existen 3 tipos de tratamiento para el cáncer de tiroides: cirugía, yodo radiactivo y medicamentos. La cirugía se realiza para extirpar la mayor cantidad de cáncer posible y cuanto más grande sea el tumor, mayor será la cantidad de glándula tiroidea que se deba extirpar. Con frecuencia, se extirpa toda la glándula.
Después de la cirugía, la mayoría de los pacientes deben recibir yodo radiactivo, que generalmente se toma por vía oral. Esta sustancia destruye cualquier tejido tiroideo remanente y también ayuda a obtener imágenes más claras, de manera que los médicos puedan ver si hay algún cáncer adicional.
Luego, el paciente necesitará tomar un medicamento llamado levotiroxina sódica por el resto de su vida, el cual reemplaza la hormona que la tiroides normalmente produciría.
La mayoría de los pacientes que tuvieron cáncer necesitarán hacerse un examen de sangre cada 6 a 12 meses para verificar los niveles tiroideos. Otros exámenes de control que se pueden hacer después del tratamiento para el cáncer de tiroides abarcan una ecografía de la tiroides realizada en el primer año y un examen imagenológico llamado gammagrafía de captación de yodo radiactivo una vez al año.
La tasa de supervivencia para el cáncer papilar tiroideo es excelente; más del 95% de los adultos con este tipo de cáncer sobrevive al menos 10 años. El pronóstico es mejor para los pacientes menores de 40 años y para aquéllos con tumores más pequeños.
Fuente: MedlinePlus, un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
La causa de este cáncer se desconoce. Es posible que intervenga un defecto genético. La exposición a la radiación incrementa el riesgo de desarrollo de este tipo de cáncer.
El cáncer de tiroides por lo regular comienza como un pequeño tumor (nódulo) en la glándula tiroides, que está localizada en la parte central del frente del cuello.
Aunque algunos pequeños tumores o protuberancias pueden ser cáncer, la mayoría de los nódulos tiroideos son inofensivos y no son cancerosos. La mayoría de las veces no hay otros síntomas.
Al detectar un tumor en la tiroides, el médico ordena exámenes de sangre y posiblemente una ecografía de dicha glándula. Si la ecografía muestra que el tumor es mayor a 1.0 cm, se llevará a cabo una biopsia especial llamada aspiración con aguja fina. Este examen ayuda a determinar si el tumor es canceroso, porque las pruebas de la función tiroidea generalmente son normales en pacientes con esta afección.
Existen 3 tipos de tratamiento para el cáncer de tiroides: cirugía, yodo radiactivo y medicamentos. La cirugía se realiza para extirpar la mayor cantidad de cáncer posible y cuanto más grande sea el tumor, mayor será la cantidad de glándula tiroidea que se deba extirpar. Con frecuencia, se extirpa toda la glándula.
Después de la cirugía, la mayoría de los pacientes deben recibir yodo radiactivo, que generalmente se toma por vía oral. Esta sustancia destruye cualquier tejido tiroideo remanente y también ayuda a obtener imágenes más claras, de manera que los médicos puedan ver si hay algún cáncer adicional.
Luego, el paciente necesitará tomar un medicamento llamado levotiroxina sódica por el resto de su vida, el cual reemplaza la hormona que la tiroides normalmente produciría.
La mayoría de los pacientes que tuvieron cáncer necesitarán hacerse un examen de sangre cada 6 a 12 meses para verificar los niveles tiroideos. Otros exámenes de control que se pueden hacer después del tratamiento para el cáncer de tiroides abarcan una ecografía de la tiroides realizada en el primer año y un examen imagenológico llamado gammagrafía de captación de yodo radiactivo una vez al año.
La tasa de supervivencia para el cáncer papilar tiroideo es excelente; más del 95% de los adultos con este tipo de cáncer sobrevive al menos 10 años. El pronóstico es mejor para los pacientes menores de 40 años y para aquéllos con tumores más pequeños.
Fuente: MedlinePlus, un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
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