Larroque y Wado recibieron a CFK

La Cámpora protagonizó la movilización y copó las gradas en Diputados

Por M.C.

11/12/11 - 03:18

Con el Vice. Larroque y Wado, en la entrada del Congreso con Boudou.

La Cámpora se encargó de ponerle condimento a la asunción de Cristina Kirchner. Y no es para menos. El poder de la agrupación de Máximo se consolidó tras la muerte del ex presidente, durante el último tramo de la gestión de la jefa de Estado. Se erigieron como los que la protegerán hasta 2015 de las críticas, sin condiciones. Además de una impactante movilización en la Plaza de los Dos Congresos y en la Plaza de Mayo, los militantes fueron protagonistas dentro del recinto de la Cámara de Diputados. Estaban desde temprano en las galerías de los pisos de arriba, que coparon casi por completo.
El símbolo más fuerte del acercamiento de La Cámpora al poder fue el ingreso de CFK al Congreso: los diputados nacionales Eduardo “Wado” De Pedro y Andrés Larroque fueron los encargados de recibirla. A “Wado” lo saludó afectuosamente. Es sabido que la jefa de Estado tiene predilección por él. Wado, hijo de desaparecidos, la adoptó a ella como a una madre.
“Che, gorila, che gorila”, empezaron a cantar cuando entró al recinto Julio Cobos, para dar apertura a la asamblea. Con silbidos y al grito de “traidor”, vapulearon al hasta ayer vicepresidente. Desde abajo, aplaudían, bailaban y cantaban el trío de diputadas nacionales electo en octubre: Mayra Sol Mendoza (Buenos Aires), María Luz Alonso (La Pampa) y Anabel Fernández Sagasti (Mendoza) son tres jóvenes que entraron en las listas para cumplir con el mandato presidencial de lograr un “trasvasamiento generacional”. Mayra es, además, la pareja de José Ottavis, el vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, miembro de la mesa chica de La Cámpora y titular de la JP de la provincia. Una vez que empezó a hablar Cristina, Mayra tomaba nota de las cosas más importantes que decía la Presidenta. A María Luz Alonso se la veía muy contenta: la pampeana participaba de los cánticos y aplaudía fervorosamente, se notaba que miraba a CFK con admiración. Anabel Sagasti mantuvo un perfil más bajo. Máximo la escuchó sentado junto a su hermana.