sábado, 17 de diciembre de 2011

Tensiones en el oficialismo / La Casa Rosada busca un nuevo líder en la CGT

Se ahonda el malestar de la Presidenta con Moyano

En el Gobierno descartan que pueda abrirse una negociación tras las duras críticas del jefe sindical
Por Mariano Obarrio | LA NACION
El clima en el Gobierno con la conducción actual de la CGT es de ruptura. La presidenta Cristina Kirchner descartó en las últimas horas cualquier negociación o acercamiento con el jefe de la central obrera, Hugo Moyano, luego de que éste renunciara a todos sus cargos en el peronismo y lanzara fuertes reclamos gremiales en un tono belicoso.
Así lo afirmaron ayer fuentes de la Casa Rosada, donde siguen con máxima atención la evolución de las tensiones con el sindicalismo. Cristina Kirchner y su ministro del Interior, Florencio Randazzo, hicieron ayer referencias a Moyano, aunque ambos evitaron mencionarlo por su nombre . Randazzo dijo que "defender a los trabajadores es respaldar al gobierno que creó cinco millones de puestos de trabajo".
"La idea fue ningunearlo, bajarle el precio, pero la relación no tiene retorno y no hay negociación posible. Moyano está agotado para todo el Gobierno. Está en la recta final de su gestión en la CGT", dijo a La Nacion un alto funcionario.
Los ministros analizan desde ahora la manera de desplazar a Moyano de la CGT, en junio. Según confiaron fuentes oficiales, se menciona cada vez más fuerte como posible reemplazo a Antonio Caló, conductor de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), gremio leal al kirchnerismo. Sin embargo, el Gobierno no admitirá su injerencia. Siempre actuará en el secretismo y dirá que la decisión es de la CGT.
Moyano cruzó anteayer en el estadio de Huracán una frontera para la cual no hay perdón posible de la Presidenta. Fue cuando dijo que "no se confundan con el 54% de los votos", porque "más del 50% fueron de los trabajadores y no de los niños bien". Los "niños bien" son para Moyano los militantes del ala juvenil La Cámpora. Apadrinados por la propia Cristina Kirchner, avanzaron posiciones en toda la administración nacional, el Congreso y las Legislaturas provinciales. De ellos se quejó Moyano cuando dijo que el PJ es "una cáscara vacía" dominada por desconocidos y ya no por los trabajadores.
La Presidenta lo tomó como una afrenta a su propio hijo, Máximo Kirchner, líder de La Cámpora.
"Eso es lo que no pudo tolerar Cristina", dijo un hombre de la Casa Rosada. Ella le contestó ayer en Mendoza a Moyano: "Rescato la incorporación de los jóvenes a la política, porque el proyecto supo interpretar las demandas de la sociedad", dijo. "Nos vendían las cosas enlatadas, hasta la militancia", agregó.
Pero además de la dureza del discurso por el Día del Camionero, el reclamo de Moyano por la deuda de la Nación con las obras sociales sindicales de 12.000 o 15.000 millones de pesos, la Presidenta no le perdonará al jefe cegetista su alianza con viejos enemigos encarnizados del proyecto kirchnerista: el gastronómico Luis Barrionuevo, titular de la CGT Azul y Blanca, y Gerónimo Venegas, jefe del sindicato de trabajadores rurales (Uatre).
Venegas despertó otra furia de la Presidenta con Moyano: en la madrugada de ayer los diputados moyanistas, Omar Plaini y Facundo Moyano (hijo del jefe de la CGT) le restaron apoyo a la sanción del proyecto del estatuto del peón rural que aprobó todo el kirchnerismo.
El proyecto perjudica al sindicato de Venegas: le quitaría un fondo de 150 millones de pesos, el Renatre. Y los dirigentes sindicales temen que Cristina y La Cámpora repliquen ese modelo con el resto de los sindicatos, especialmente con el de camioneros, algo que ahora no descartan en la Casa Rosada.
De hecho, algunos funcionarios creen posible que el Gobierno estatice parte o todos los fondos de las obras sociales sindicales, unos 38.000 millones de pesos al año.
"Eso no va a ocurrir, hay que cambiar la ley: imposible", dijo a La Nacion un funcionario de la cartera de Salud, que dirige Juan Manzur. Es un viejo proyecto de La Campora.

El recuerdo de Perón

En Mendoza, donde inauguró bodegas, Cristina Kirchner lanzó otro dardo a Venegas, Plaíni, Recalde, Moyano y su hijo. "Ayer se aprobó esa mítica ley... los jóvenes tienen que entender por qué proscribieron a [Juan Domingo] Perón. Cuando él era secretario de Trabajo, se sancionó el Estatuto del Peón Rural", dijo la jefa del Estado.
Es decir, culpó a la CGT de restarle apoyo a una vieja bandera de Perón. Ella había recordado en su asunción que Perón no tenía derecho de huelga y que ella lo respetaba aunque no "el chantaje y la extorsión". Moyano respondió anteayer: "Que no se confundan; el gobierno de Perón fue el mejor de la historia".
Además, la Presidenta le avisó a Moyano que "la sintonía fina va a ser para todos". Se refería al ajuste fiscal y de salarios que atemoriza la CGT, que prepara la resistencia, como principal oposición política, de la en medio de la crisis mundial.

El camionero recibió a Venegas en la CGT

Tras enfrentar al Gobierno con un duro discurso, Hugo Moyano recibió ayer en su despacho de la CGT al líder de los trabajadores rurales, Gerónimo "Momo" Venegas. Los dirigentes conversaron sobre la unificación del sindicalismo y la media sanción en Diputados del proyecto de ley oficialista que regula el estatuto del peón rural, medida que no acompañaron los tres diputados moyanistas. El encuentro, que se intentó mantener en secreto, abre las negociaciones frente a la próxima elección de autoridades de la CGT, prevista para junio de 2012. Así, Venegas regresa a la central tras su alejamiento para apoyar a Eduardo Duhalde

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