No me mientas, Argentina
Así tituló The Economist una nota en la que anuncia que no usará más los datos del Indec porque carecen de credibilidad
Esta revista, muy reconocida en el mundo de la economía y las finanzas, publica más de 1000 datos cada semana de temas relacionados con el PBI, los precios y los empleos de varios países. Aunque reconoce que no pueden estar seguros de que todos esos datos sean confiables, están convencidos de que no hay mala fe en su elaboración. No así en el caso de las cifras del Indec.
Como la mayoría de los argentinos, The Economist lamenta el "proceso de degradación" que sufrió el Indec, que comenzó como un deseo de "evitar malas noticias en los medios de comunicación", pero terminó con lo que una vez "fue uno de los mejores institutos de estadísticas de América Latina".
El artículo describe a las instalaciones del Indec "completamente cubiertas de carteles en apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner" y aseguran que los trabajadores independientes dentro del instituto fueron reemplazados por otros, autodenominados "Cristinistas".
"En un abuso extraordinario de poder de un gobierno democrático, los economistas independientes, se han visto obligados a dejar de publicar sus propias estimaciones de inflación por las multas impuestas y las amenazas de enjuiciamiento por parte del Estado", afirma The Economist . Mientras que las cifras mal informadas han "engañado a los tenedores de bonos", quienes reciben información falsa.
Por todo esto, The Economist ha "decidido abandonar las cifras del Indec por completo desde esta semana". Se declaran "cansados" de respetar cifras que parecen "ser un intento deliberado de engañar a los votantes y estafar a los inversores"..
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