Luis Brandoni
"Mirtha miente y siempre mintió: no la prohibieron"
El actor y militante radical desestima las acusaciones de censura en los ’80. Afirma que los artistas y músicos afines al gobierno kirchnerista responden a un “fervor rentado”.
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"Hay un fervor rentado"
La Unión Cívica Radical tiene en Luis Brandoni a uno de sus más enérgicos defensores políticos en el ámbito artístico. Inclusive, desde hace un año pone sobre el escenario Don Arturo Illia, un intento por rescatar del olvido al fallecido presidente radical y de ponderar a la UCR como un partido que, “como Raúl Alfonsín repetía a veces en sus discursos, cuatro presidentes dio a la Argentina: ‘dos entraron ricos y se fueron pobres, y dos entramos pobres y nos vamos pobres’”.
La puesta llegará a su fin con la temporada marplatense, ya que en los próximos días Brandoni, junto a su amigo y colega José “Pepe” Soriano, comenzará a ensayar una nueva versión de Conversaciones con mamá. “Tendremos nuestras primeras escaramuzas acá”, dijo quien tendrá a cargo el papel de hijo. “La fecha de estreno no está decidida todavía, pero tendría que ser a fines de abril”, añadió quien también, “si tuviera presupuesto”, gustaría de reponer Un enemigo del pueblo, Made in Lanús y El viejo criado.
En televisión, se lo seguirá viendo por la pantalla de Telefe con la segunda temporada de El hombre de tu vida, junto a Guillermo Francella, la cual ya fue grabada en los últimos meses de 2011.
—¿Cuál ha sido la devolución más significativa que recibió?
—En tres oportunidades me esperaron al final del espectáculo personas para felicitarme y decirme que son peronistas. Hace pocos días, mientras hacíamos la obra, pensé qué notable ha sido que no hayamos tenido nunca una voz airada en la platea en contra de lo que decimos. Quiere decir que es posible ejercer la democracia, porque se acepta el poder contar esta historia. Y si no, que otro partido haga la obra de su personaje y listo.
—¿Le hubiese gustado contar con ese contrapunto?
—Sí, hubiese sido interesante. Como también me hubiese gustado que los aviadores de la Guerra de Malvinas pudieran contar su historia. El país no los reconoció todavía. Supongo que están esperando que alguien les diga “ustedes fueron valientes, pusieron el cuerpo y murieron por la patria”. Nadie lo dijo, ni nadie contó esa historia de coraje. Coraje que les reconocieron los aviadores ingleses a los argentinos y que nosotros aún les escatimamos.
—¿Es más fácil censurar en Argentina que proponer o responder?
—Por supuesto. Recuerdo que cuando Arturo Frondizi era presidente tuvo una cena con su par estadounidense Dwight Eisenhower, quien en un momento de la velada le dijo: “Presidente, me voy a descansar. Usted se imagina que no es fácil ser presidente de 180 millones de personas”. Y Frondizi le dijo que por supuesto que lo entendía, “porque yo soy presidente de un país de 18 millones de presidentes”.
—Pero a todos los gobiernos se les adjudican hechos de censura. Mirtha Legrand ha afirmado que casi no hizo televisión en los 80 por una supuesta censura del gobierno alfonsinista y Tato Bores, la queja de un funcionario radical que le habría generado su ausencia televisiva del ’87 al ’89.
—¿A Tato Bores le prohibieron algo en los 80? ¿Cómo le van a prohibir hablar a Tato, que era un prócer? Yo no tengo esa información. He sido su amigo personal… Creo que nunca fue censurado. Puede ser que alguien le haya dicho “no estoy de acuerdo”. Lo habrán criticado, es posible, pero que lo hayan censurado oficialmente no me parece.
—Pedro Saborido, guionista de Capusotto, se hizo eco de la acusación.
—Que se enteren por la gente que realmente sabe cómo fueron las cosas y se dejen de joder como todos los que buscan igualar la dictadura con el gobierno de Alfonsín. Antes de buscar si hubo algún tipo de censura debería recordar que fue ese presidente el que eliminó las prohibiciones en los medios audiovisuales, al intervenir en 1984 el Ente de Calificación Cinematográfica. Inclusive el jefe del noticiero de ATC era el periodista peronista Carlos Campolongo. Y Mirtha Legrand miente y siempre mintió. No se firmó por cuestiones monetarias, esa es la verdad.
—¿Ha sido difícil encontrar “integridad” en gobiernos distintos al de Illia?
—Hubo muchos… El vicepresidente de Marcelo Torcuato de Alvear, Epidio González, quien vendía anilinas Colibrí; Crisólogo Larralde... Hubo gente en todos los partidos que ha sido honorable pero nunca se les hizo notas para hablar de ellos, porque no queda bien en Argentina hablar a gusto de un político. Me parece un escándalo que un político se valga de los dineros públicos, por eso valoro los trabajos de Telenoche Investiga, que descubrió a través de investigaciones casos de enorme corrupción y fue muy útil. Pero también pienso que debería hacer una cámara oculta intentando corromper a un político sin lograrlo y hacer un programa demostrando que hay alguien decente. Nos haría bien como sociedad. Al día siguiente nos levantaríamos con más ánimo y pensando que no somos pelotudos por no robar. De todos modos, la sociedad también tiene cierta responsabilidad porque se ha resignado y decretado que la política es para los malos y los chorros. Nos ha pasado a muchos que no somos políticos profesionales, que la gente se acerque y nos diga: “Usted que es buena persona, no se meta en política”. Tendría que ser al revés.
—¿Le sigue pasando que le digan eso?
—Sí. Yo hice política durante muchos años de mi vida y no dejé de ser decente
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