Santa Fe
Sábado, 03 de diciembre de 2011Diario UNO ganó el juicio penal impulsado por Diego Degano
El ex subsecretario de Deportes durante la gestión de Jorge Obeid debió renunciar a su cargo luego de que una investigación del periodista Pilo Monzón reveló que había dado subsidios a su fundación.
El titular del Juzgado de Instrucción Penal de la 1ª Nominación, Héctor Gabriel Candioti, dictó el sobreseimiento definitivo del periodista y jefe de redacción de Diario UNO de Santa Fe, Pilo Monzón en el marco de la causa que, por el delito de injurias, le había interpuesto Diego Degano, ex subsecretario de Deportes de la provincia durante la gestión de Jorge Alberto Obeid.
El ex nadador y empresario había presentado la denuncia penal contra el periodista, luego de que una investigación de Pilo Monzón dejó al descubierto que Degano, en su rol de máxima autoridad oficial del deporte en la provincia, había entregado subsidios a la fundación de la cual era el presidente. La denuncia fue presentada por Degano el 4 de marzo de 2008, pedía la pena de un año de prisión para el redactor aludido y el pago de las costas del proceso judicial.
También se solicitaba que, una vez acontecido el procesamiento del redactor, se publicara en algún lugar central de Diario UNO a los efectos de que la población sea debidamente informada de la sentencia.
Los motivos de la denuncia
En la edición del domingo 5 de marzo de 2006, Diario UNO dio a conocer una serie de situaciones que tenían como protagonista excluyente a Degano y que ponían al descubierto la colisión de intereses entre quien era –por entonces– funcionario público y al mismo tiempo, empresario privado y titular de la Fundación Línea Vital, que recibía dineros del Estado, es decir, de sus propias manos.
El texto objetado por Degano en la Justicia señalaba que el por entonces “hombre fuerte del deporte santafesino, no sólo estaba de los dos lados de la ventanilla respecto de jugosos subsidios dados y recibidos” sino también que la entidad que presidía “no estaba al día con los balances de los ejercicios 2004 y 2005 un hecho que la descalificaría de cualquier posible asistencia económica”. Sin embargo, dicho requisito fue obviado por Deportes de la provincia a la hora de conceder dineros públicos. Peor aun, había puesto como sede de la entidad a su casa particular, algo que está expresamente vedado por la ley ya que para poder cumplir con los fines para los cuales se funda una organización no gubernamental con inquietudes deportivas y solidarias y que a su vez solicita fondos del Estado, debería tener la capacidad para albergar a decenas de personas, no tres piezas, baño y garaje.
En la investigación periodística se avanzaba también en una verdadera triangulación de trabajos, funciones y dineros públicos.
La misma fundación (Línea Vital) tenía a su cargo, como uno de sus emprendimientos más rentables, la explotación del natatorio del Club Atlético Unión de Santa Fe. Una de las situaciones más ilustrativas que dio a conocer Diario UNO fue que desde la Secretaría regenteada por Degano, se había decidido potenciar la enseñanza de la natación en los sectores de más bajos recursos de la ciudad. Sobre todo, de los niños que vivían en los barrios que fueron afectados por la inundación del año 2003.
Hasta allí la nobleza de la acción evitaba comentario alguno. Sin embargo, el lugar elegido por Degano para desarrollar la acción, fue el natatorio del club Unión, un área privatizada que estaba a su cargo como particular. Es decir, el múltiple campeón de Aguas Abiertas había contratado a su propia fundación para enseñarles a nadar a chicos de sectores vulnerables. De modo que los profesores contratados por el Estado provincial para instruir a menores en las técnicas de flotación e inmersión, eran en su mayoría, quienes daban clases en su academia particular, generando así un círculo virtuoso en el cual Deportes se hacía cargo de los honorarios de los profesores de la academia de Unión (un dinero que se ahorraba la fundación) haciendo más rentable el emprendimiento personal del ex nadador.
La Santa Fe-Coronda
Desde mediados de la década de los noventa, uno de los encumbrados integrantes del comité organizador de la máxima fiesta del río en Santa Fe, es Marcelo Micocci. Vale consignar que Micocci era y es, uno de los socios comerciales de Diego Degano. Micocci fue una de las personas que recibió otro jugoso subsidio entregado por Degano a la organización de la Santa Fe-Coronda para el año 2006.
Luego de las publicaciones realizadas por Diario UNO, en la Legislatura provincial se presentaron varios pedidos de informes. Uno de ellos tuvo como autor al entonces diputado socialista Antonio Bonfatti y otro fue puesto a consideración por la ex legisladora de la UCR Daniela Qüesta. Antes de que la esperada respuesta oficial hubiese llegado a la Legislatura y abrumado por la documentación publicada, el 17 de mayo de 2006, Degano presentó la renuncia indeclinable a su cargo.
Kimel y la libertad de expresión
El juez Héctor Gabriel Candioti, entendió en su fallo que lo publicado por Diario UNO se trata de contenidos de interés público y documentados, que tuvieron como protagonista a un funcionario de la órbita del Estado y que la denuncia penal presentada por Degano se encuadra en los episodios que contemplan las reformas del Código Procesal Penal para evitar la condena por el delito de opinión a los periodistas tras el caso Kimel.
Dice expresamente que “el hecho atribuido al querellado ha perdido tipicidad” por lo cual: “Resuelvo sobreseer definitivamente a Monzón respecto del delito de injurias (Art. 110 del Código Penal) imponiéndole las costas al querellante”. Otro fallo más que se convierte en saludable antecedente en favor de la libertad de expresión.
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