domingo, 11 de diciembre de 2011

jura y celebracion popular

Con críticas a corporaciones y gremios, reasumió CFK

Anunció una Secretaría de Comercio Exterior que le da más poder a Moreno. Se emocionó, chicaneó y festejó en familia en un día histórico.

Por Gabriel Ziblat
11/12/11 - 02:37
Con críticas a corporaciones y gremios, reasumió CFKBastón de mando. Cristina le dio un tono familiar a la reasunción. Florencia le puso la banda y Máximo la acompañó durante toda la jornada. Ella alternó el llanto en los recuerdos a Néstor con la alegría que exhibió en su recorrido desde el Congreso y en los festejos en la Plaza de Mayo. La Asamblea estuvo dominada por la presencia de militantes de La Cámpora. Hubo clima festivo.

Con su impronta, enumerando los logros del kirchnerismo, rechazando las presiones de corporaciones y sindicatos, repitiendo el concepto de sintonía fina para describir el escenario próximo, y sin dar demasiadas precisiones sobre el nuevo gobierno, Cristina Kirchner reasumió como Presidenta. Así, dio inicio a un proceso histórico: el tercer mandato del kirchnerismo y el segundo de ella.
Fue en un clima de fiesta, adentro y afuera del Congreso, y adentro y afuera de la Casa de Gobierno. Pero también hubo lugar para la emoción, con el recuerdo permanente de Néstor Kirchner. “Que Dios, la Patria y él me lo demanden”, finalizó su juramento, con la voz entrecortada, la Presidenta reelecta. Al iniciar el discurso, aseguró que “pese a la alegría y la contundencia del voto popular, falta algo y falta alguien”. Además, aseveró que no va a dejar sus “convicciones”, y recordó que el ex presidente “no solamente no las dejó, sino que por no dejarlas dejó la vida”.
En su discurso ante la Asamblea Legislativa, donde se vio eufóricos a diputados y senadores oficialistas (que volvieron a ser mayoría en ambas cámaras), Cristina resaltó otra vez los logros de los ocho años y medio de administración kirchnerista, ayudándose con números y estadísticas. Hizo eje en el desendeudamiento, el crecimiento sostenido, el alza en las exportaciones pero también en el mercado interno. “Todo esto no ha sido tampoco fácil, porque pareciera que contado así como lo cuento yo, es un cuentito que la abuela les cuenta a los nietos antes de dormirse”, reflexionó.
El nuevo mandato cristinista inicia con varios desafíos, entre ellos el de gobernar sin la posibilidad de ser reelecta, algo inédito para el kirchnerismo. Preparándose para el nuevo terreno, Cristina puso el eje en dos sectores: las corporaciones y los sindicatos. A las primeras, las acusó de haber generado “cinco corridas bancarias” y les espetó: “Yo no soy la Presidenta de las corporaciones”. “Les pido a todos los sectores que no escupamos al cielo, cuidemos lo que hemos logrado”, agregó.
A los sindicatos les pidió “responsabilidad” en la búsqueda de la competitividad y puso el eje en los paros. “Con nosotros derecho de huelga hay, pero no de chantaje ni de extorsión”, aseveró. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, no estaba presente. La relación que tengan será un aspecto a tener en cuenta para el nuevo mandato.
Durante toda la ceremonia se destacó el estilo Cristina. Hubo perlas inéditas, como el juramento “por él” o que fuera su hija, Florencia, la encargada de ponerle la banda presidencial. El discurso duró 70 minutos y volvió a improvisarlo, ayudándose solamente con números y un escueto punteo de temas. Allí, se rió de los “editorialistas” que hablan de peleas con el flamante vice, Amado Boudou, les retrucó a los que la tildan de “autoritaria” y resaltó que representa “un proyecto colectivo”. “Yo no me la creo”, explicó.
Una vez más, Cristina adelantó que se viene la etapa de “la sintonía fina”, concepto al que había apelado en la reunión de la Unión Industrial Argentina para hacer referencia a la economía que se viene. Pero los anuncios sobre el nuevo gobierno sólo fueron dos. Por un lado, la creación de una Secretaría de Comercio Exterior, para que articule con la de Comercio Interior que comanda Guillermo Moreno, quien acumularía así más poder. Y por el otro, la puesta en marcha de una Subsecretaría de la Competitividad, “que es el gran desafío que vamos a tener en esta etapa que viene”. Sectores de la oposición criticaron que Cristina no hizo mención a la inflación, lo que consideran uno de los principales desafíos.
La crisis económica mundial sobrevoló el discurso, sobre todo cuando la Presidenta hizo referencia al mundo financiero, al que responsabilizó por esa situación. Como contrapartida, aseguró que el país se rige con “metas de crecimiento del sector productivo”.
Después de la asunción del mando, el clima festivo se trasladó a la Casa Rosada, donde Cristina saludó a las delegaciones extranjeras, les tomó el juramento a los ministros y cerró el día cantando el himno nacional junto a Charly García en la Plaza de Mayo.

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