Imágenes del conflicto
En términos de opinión pública, Cristina Kirchner se mantiene muy por encima del sindicalista, que sin embargo mide positivo hacia adentro del mundo sindical. El rol de mediadora, las percepciones corporativas y el futuro.
Por Raúl Kollmann
La totalidad de los encuestadores evalúa que el conflicto entre el dirigente camionero y de la CGT, Hugo Moyano, y la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner es –desde el punto de vista de la opinión pública– muy desigual. La primera mandataria está con niveles de imagen y de intención de voto incluso superiores a cuando ganó la elección del 23 de octubre. Por su parte, Moyano tiene una imagen negativa superior al 65 por ciento, aunque hay quien señala que si se mide sólo entre trabajadores sindicalizados, su evaluación no es mala. Más allá de este último dato, la mayoría de los consultores creen que en la clase media no cae mal, de hecho más bien le suma puntos a CFK, que le marque la cancha al camionero.
Página/12 dialogó con ocho consultores políticos, titulares de las más conocidas empresas de encuestas, sobre el impacto que tuvo y tiene el discurso de Moyano en el Día del Camionero en la imagen tanto de la Presidenta como del sindicalista. Las miradas son bastante coincidentes.Los números
Analía Del Franco, titular de Analogías, es la que exhibe los resultados de la encuesta más reciente. “Nosotros terminamos un estudio el 14 de diciembre, hace muy pocos días. La Presidenta presenta una evaluación del 75 por ciento, aumentando cinco puntos respecto del mes de octubre. Piense que esta evaluación se produce después de un mes en el que se tomaron medidas que, de alguna manera, fueron controvertidas: el control del dólar y la quita de subsidios a servicios públicos. Y el nivel de imagen no sólo se mantiene sino que sube.”
Artemio López, de Equis, recuerda que en su último estudio –publicado por este diario– la intención de voto de la Presidenta trepó al 58 por ciento.
Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados, hasta sostiene que “Cristina ya está con un poco más del 70 por ciento de imagen positiva. La controversia con Moyano le puede otorgar algunos puntos más en sectores medios o ratificar popularidad en estos estratos; por un rechazo cultural y social que tienen los niveles medios respecto de la dirigencia sindical y la clase trabajadora en general”.
Una visión muy parecida es la de Luis Costa, titular de Ipsos-Mora y Araujo. “Cristina Kirchner y Hugo Moyano hablan desde situaciones de apoyo completamente opuestas, lo cual hace que los modos de recepción de aquello que se dice sea también diverso. Cristina Kirchner sigue teniendo enorme imagen positiva, mientras que Moyano es rechazado ampliamente por la ciudadanía argentina, no desde hoy sino hace ya muchos años. Llena Huracán y lo que dice es registrado por los medios de comunicación, pero es sólo eso, una noticia. Sus palabras no llegan a impactar en la opinión pública y es realmente poco probable que su imagen mejore. Incluso si continúa su enfrentamiento, lo más probable es que siga donde está o incluso empeore.”
Para Doris Capurro, de Ibarómetro, “en la evaluación ciudadana sobre la gestión kirchnerista –tomando los últimos ocho años– se destaca especialmente la generación de empleo y la consolidación de los derechos de los trabajadores. Esa imagen positiva sobre el trabajo y sobre esos derechos logrados es inversamente proporcional a la imagen que tiene hoy la dirigencia sindical”.
La paradoja
Artemio López, de todas maneras, advierte una característica del camionero: “La imagen de Moyano tuvo y tiene un comportamiento paradojal. Como dirigente político, de cara a la opinión pública, en especial la compuesta por segmentos medios urbanos, donde normalmente indagan vía telefónica las encuestas de opinión publicadas, el dirigente cegetista tiene predominio de imagen negativa. Al interior de los asalariados, sin embargo, en una gran diversidad de gremios industriales y de servicios, una mayoría muy importante de trabajadores, superior al 55 por ciento de los encuestados, quisieran ser representados por Hugo Moyano. Esto es en parte porque es conocido el nivel salarial comparativamente bueno del gremio de camioneros asociado a la figura de Moyano”.
Hugo Haime, de Haime y Asociados, diferencia el corto plazo del largo plazo. “No creo que en lo inmediato tengamos novedades en relación con las imágenes: la de Cristina seguirá estando fuertemente positiva y la de Moyano fuertemente negativa. Pero de lo que se trata es de un potencial cambio de escenario político y sindical. Moyano se fue del peronismo institucional en lo formal y es muy posible que intente armar un partido laborista o de los trabajadores. Moyano sabe que está políticamente acorralado y por eso contraataca. En lo sindical también les pone un obstáculo a los límites que el Gobierno intente imponer en la negociación paritaria. El otro elemento que hay que tener en cuenta es que Moyano le presta discurso a la oposición. Eso es en lo inmediato quizá lo más dañino. En síntesis, en lo inmediato Cristina sigue fuerte ante la opinión pública y Moyano débil. Una discusión sobre quién es más peronista sólo le interesa a un segmento minoritario de la población; una discusión sobre salarios y distribución del ingreso es de interés de todos. En ese escenario seguirá la pelea.”
Papel arbitral
También Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM, observa dificultades. “La Presidenta es consciente sobre todo de su papel arbitral. Empeñada en preservar su independencia de criterio y autonomía decisional. Sabe perfectamente que quienes la votaron reconocieron en ella a quien mejor podía garantizar el control sobre los desbordes extorsivos de lo que muchos ven como una ‘corporación’ voraz, de conducción vitalicia y poco transparente. Confrontar con Moyano es cumplir con una promesa electoral y no romper con Moyano es otra promesa, de importancia no menor que la anterior. Por otra parte hay una cuestión central, del tipo de lo que en el léxico familiar del peronismo suele denominarse ‘de respeto’. Moyano es demasiado grande, desplaza un volumen de problemas y niveles de riesgo muy difíciles de administrar. Es una situación en algún punto similar a la que se sustancia hoy con la provincia de Buenos Aires o con algunos actores de los mercados. La primera reacción pública es favorable y el apoyo a la Presidenta se afianza. Todos anhelan una presidencia capaz de hacerse cargo con éxito de problemas que amenazan con desbordar todo lo previsible.”
Roberto Bacman, del CEOP, afirma que “en la Argentina de hoy, el sindicalismo no posee la fuerza de otrora. Hugo Moyano y el sindicalismo argentino no pasan por su mejor momento en la relación con la gente. Aunque no tengo mediciones recientes, tanto la imagen positiva del actual Secretario General de la CGT, como la credibilidad que despiertan los dirigentes gremiales en la sociedad, están bastante bajas. Igual, es muy temprano para hacer afirmaciones contundentes. Es más: las declaraciones de su hijo Facundo al día siguiente, bajándole decibeles al tema, son un indicador elocuente al respecto. Aún no es tiempo de avizorar el nacimiento de un conflicto gremial de difícil pronóstico”.
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