martes, 21 de febrero de 2012

EL PERIODISTA QUE SE CAMBIO EL NOMBRE POR VERGUENZA

scioli aguanta pero se mueve

El hombre que espera

En La Plata se preguntan qué hubieran dicho el Gobierno y sus acólitos si el espionaje fuera de la Bonaerense. Estrategia S: sin prisa, sin pausa.

Por Alfredo Leuco
18/02/12 - 10:40
El hombre que esperaLA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER. Daniel Scioli. DIBUJO: PABLO TEMES.

Hay una foto que periodísticamente vale oro: Daniel Scioli sentado en el sillón de Rivadavia. Tal vez algún día tenga destino de afiche proselitista. Está colgada en el piso 19 del Banco Provincia, donde el gobernador atiende en Capital. Néstor Kirchner está parado detrás y lo abraza con respaldar y todo. Uno de los funcionarios más amigos de Scioli suele cargarlo y preguntar sobre el tema: “¿Te está bendiciendo como heredero o te agarra para que no llegues?”.
Scioli se incomoda porque no le gustan esas bromas, revela que es un retrato tomado el último día de la presidencia de Néstor, cuando fue a su despacho a darle un abrazo y a decirle solamente una palabra: “Llegamos”. Después, hace autobombo con lo que considera su principal virtud peronista, la lealtad: “Estuve al lado de Menem cuando lo metieron preso, junto a Rodríguez Saá el día que renunció a la presidencia y con Cristina en el peor momento de la crisis con el campo. Yo no traiciono”. Pero tampoco come vidrio ni renuncia a sus aspiraciones. Scioli se nutre de encuestas que lo muestran segundo en imagen positiva e intención de voto. Acaba de ser reelecto con el 55% y sabe que hacer la mejor gestión posible y bajar a cero el nivel de conflicto es lo que más le conviene. Una sola persona lo supera y es la única a la que la Constitución le prohíbe ser candidata: Cristina.

Por eso, solamente un llamado de Cristina Fernández puede voltear a Ricardo Casal. El gobernador bonaerense está dispuesto a bancar a su ministro de Seguridad hasta las últimas consecuencias y duda de que la Presidenta le exija algún cambio en su gabinete, sencillamente porque no lo hizo nunca. Un funcionario que acompaña a Scioli desde que fue secretario de Deportes confesó su enojo ante PERFIL: “No hay problemas graves de inseguridad por estos días en la provincia, los despelotes los tiene Nilda Garré. Nosotros secuestramos cargamentos de drogas todas las semanas y nos preguntamos: ¿por qué no los para la Gendarmería en la frontera? Ahora sabemos que están espiando a los delegados de izquierda. ¿Te imaginás el escándalo que se hubiera armado si el Proyecto X hubiese sido de la Bonaerense? Verbitsky nos hubiera pegado un año seguido acusándonos de fachos”.
Scioli tenía dos flancos abiertos a fuertes cuestionamientos. Uno lo cerró con el nombramiento de María Florencia Piermarini al frente del desprestigiado Servicio Penitenciario Bonaerense y el otro tiene una solución a plazo fijo, con la designación de Guido Carlotto en la Secretaría de Derechos Humanos.

Piermarini es una abogada de 36 años –con un hijo de 18 meses– y tres años de trayectoria en el gobierno. Fue asesora de la diputada Fernanda Gil Lozano, de la Coalición Cívica, en un caso terrible de infanticidio. Carece de militancia política, es un cuadro técnico que viene de la “academia” y tiene una sufriente coincidencia con el vicegobernador Gabriel Mariotto: son hinchas de Banfield. En sus primeras declaraciones planteó como prioridades la educación y el trabajo para los 28 mil presos en las cárceles del distrito. Su objetivo es que la provincia deje de violar la ley y baje a cero la cantidad de detenidos en los calabozos de las comisarías, que llegó a superar vergonzosamente los 4 mil y que hoy está en 900.

Cuando pase la presión mediática, Sara Dorotier de Cobacho va a renunciar por cuestiones de salud y su reemplazante está casi cantado. Guido, el hijo de Estela de Carlotto, es asesor de Scioli desde el 12 de diciembre, dos días después de que dejó de ser senador provincial. Es quien mayores posibilidades tiene, pero Eduardo Binstock no está descartado del todo. Su principal carta es la pertenencia al Movimiento Evita que lidera Emilio Pérsico. Scioli valora la solidez del acuerdo que tiene con ellos pese a que, por formación ideológica, podrían estar mucho más a su izquierda.

En este enfrentamiento casi cultural entre presuntos progresistas y presuntos liberales, Scioli está dispuesto a pagar una deuda futbolística porque va a jugar en su quinta un partido contra Los Wachiturros. Ya tiene agendado un picado contra el presidente boliviano, Evo Morales, y sus muchachos. Esto último es más políticamente correcto para el cristinismo antiperonista. Pura diplomacia y equilibrio para la tribuna.
Donde se viene perdiendo la poca ecuanimidad que quedaba es en la maquinaria propagandística oficial y paraoficial. Tienen razón Jorge Fontevecchia y Eliseo Verón (ver PERFIL de ayer) en que, mientras la economía no sufra y el consumo vuele, va a ser casi imposible que al Gobierno lo deterioren los escándalos de corrupción o los groseros errores que comete. El mejor regalo de cumpleaños que Cristina recibirá hoy es el dato de un fin de semana largo récord absoluto en turismo.

Pero hay facturas que la sociedad acumula porque hoy mira para el lado de su bolsillo, pero que, en su momento, las va a pasar todas juntas. Aunque hay un matiz que merece ser subrayado para que el análisis sea completo. Donde sí hacen mella es entre los intelectuales, artistas y voceros periodísticos, que en muchos casos son formadores de opinión y bajadores de línea. Aparecieron dos actitudes frente al viraje del relato K: los que se llamaron a prudente silencio y los que sobreactúan defendiendo lo indefendible hasta caer en el ridículo que, como bien dijo Perón, es el único lugar desde donde no se vuelve.

El “autosalariazo” del Congreso impulsado por Boudou y vergonzosamente justificado por Julián Domínguez; el Boudougate que desnudó la trama de cómo el Gobierno o sus funcionarios se apropian de empresas sin expropiarlas, los Ciro James de la Gendarmería que hacen espionaje progresista, como el de la KGB, o el fantasma que levanta la ley antiterrorista; la defensa a tambor batiente de la megaminería a cielo abierto y el ocultamiento de distintas represiones tanto en el norte a los ambientalistas como a los ex conscriptos en la 9 de Julio generaron autocensuras demasiado evidentes y algunos disparates antológicos. El más tragicómico fue el de un diario conectado al dineroducto de la pauta oficial que provee Juan Manuel Abal Medina. Quiso minimizar la fortuna que ganarán los legisladores diciendo que para el Estado ese dinero representa “apenas el 0,0094 del presupuesto”. Dime con quién comparas y te diré quién eres. Un medio opositor podría chicanear diciendo que los Kirchner no son tan millonarios (José Pablo Feinmann, dixit) si los comparamos con quien falleció en las últimas horas: Amalia Lacroze de Fortabat

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