familia presidencial en el sur

CFK, cumpleaños y un paseo al perro

En Río Gallegos, compartió el festejo de los 35 de su hijo Máximo y espera el suyo para mañana. En un gesto inusual, ayer salió a caminar con la mascota de su hija Florencia.

Por Mariano Confalonieri

17/02/12 - 11:49

Primera ciudadana. Cristina ayer a la mañana, de estricto negro y sombrero. Cruza una de las calles del Barrio Jardín, con dos custodios y la mascota de su hija.

Para Cristina Kirchner, es un mes especial. El jueves, su hijo Máximo cumplió 35 años. Hubo una ceremonia íntima en la residencia que la jefa de Estado tiene en Río Gallegos. Estaba también Florencia, su hija menor y Rocío García, la novia de Máximo.
El domingo, Cristina será la agasajada por su aniversario número 59. Pero la ausencia de Néstor Kirchner es un agujero para la familia presidencial, difícil de tapar. Para colmo, dentro de una semana, el ex presidente hubiera cumplido 62 años.
“Para mí, es un poco difícil, es mi cumpleaños, el de mi hijo y el de él (en alusión a Kirchner), así que estamos haciendo el aguante con todo y vamos a seguir adelante”, dijo el miércoles CFK, casi al borde de las lágrimas, durante un acto en el Lago Argentino, en Santa Cruz. Eligió “su lugar en el mundo” para descansar unos días y pasar los momentos más sensibles acompañada por su círculo íntimo.
“Tengo fuerza, no se preocupen”, aclaró en seguida, cuando el público la vio lagrimear. Ayer, intentó demostrarlo. Salió a pasear al perro de su hija, Vito, por las calles del Barrio Jardín, donde está la casa familiar. Estaba acompañada por dos de sus secretarios: Martín Aguirre y Pablo Barreiro, y por la custodia presidencial, que la seguía en una camioneta Toyota, con vidrios polarizados. Se dejó ver contenta, relajada, y saludó a todas las personas que se le acercaron. Dio una vuelta durante una hora y volvió a su hogar sobre la calle Mascarello.
La jefa de Estado pasará allí el fin de semana largo. Retomará su actividad oficial el miércoles en la Casa Rosada. Se especula que, para el fin de semana siguiente, volverá a Río Gallegos a recordar a Néstor. En la capital santacruceña está el mausoleo donde descansan los restos del ex mandatario.
Mientras tanto, Máximo está mundandose a Capital Federal, según publicó en su última edición la revista Noticias. El líder de La Cámpora quiere seguir de cerca los movimientos de la agrupación, en un año movido para el Gobierno y para la política. De acuerdo con el artículo, pretende monitorear el desembarco de militantes en espacios clave del Ejecutivo y también, claro, acompañar a su madre. Máximo se convirtió, desde la muerte de Néstor, en el confidente más cercano de la Presidenta.
La Cámpora tiene sus propios legisladores en el Congreso, en las Cámaras bonaerenses y en otras provincias. Posee concejales y también funcionarios en el gabinete nacional. Su férreo control sobre los movimientos de su tropa los heredó de su padre. Hasta ahora, manejaba los asuntos políticos por teléfono, con reuniones en el sur, y muy de vez en cuando viajaba a Buenos Aires.
La semana que eligió CFK para estar en Santa Cruz es agitada para el Ejecutivo. El escándalo por Ciccone Calcográfica y el supuesto espionaje de Gendarmería a partidos políticos en manifestaciones sociales coparon la agenda. Ella nunca se refirió a estos temas. Sus ministros sólo
hablaron de Gendarmería; de Ciccone, no dijeron una palabra. Y la política es seguir haciendo silencio.
Uno de los salpicados, Amado Boudou, nada menos que el vicepresidente, recibió un gesto de respaldo de Cristina. La acompañó en los festejos por el aniversario del Lago Argentino, tocó algunos temas con la banda de su amigo Manuel Quieto, La Mancha de Rolando, y se mostró con una remera con la leyenda: Clarín Miente.
La mandataria también tiene en carpeta el conflicto con Malvinas, en el que se muestra pro activa, tratando de forzar a Gran Bretaña a negociar con mediación de las Naciones Unidas. Es posible que se aboque a ese tema a su regreso.