Andrew Hartley y su mujer, George, son especialistas en comprar y remodelar casas para después venderlas revalorizadas. La pareja acababa de entrar en obra en su nueva propiedad de Knaresborough, Inglaterra, cuando de pronto les cayó sobre la cabeza la momia de un gato que habría vivido en ese edificio en el siglo XVIII.
El señor Hartley se encontraba removiendo las placas del cielo raso de la importante casa del 1700 que su mujer y él habían comenzado a restaurar cuando de pronto un objeto el golpeó la cabeza: era el cadáver momificado de un gato. "Nos fijamos en Internet y parece que no es muy común", explicó el hombre al sitio inglés Daily Mail.
La tradición medieval inglesa considera que un gato momificado puede alejar a los malos espíritus, o a los tacaños que no dejan propina en los pubs locales. Pero un especialista determinó que el animal encontrado por los Hartley habría quedado momificado aún vivo, como un accidente.
Sin embargo, la tradición y otros descubrimientos realizados durante la obra indicaron a los Hartley que esa casa había sido ocupada por gente muy superticiosa, o precavida. "Durante las tareas de renovación encontramos rodajas de cebolla disecadas alrededor de la casa, como amuleto contra los malos espíritus", contó el hombre.
"No sabemos si el gato fue puesto ahí vivo, pero no tenía dientes, lo que muestra que era viejo, o que los perdió tratando de escapar de ahí", explicó Hartley. El cuerpo del animal, según explicó, empezó a ponerse blando al contacto con el oxígeno. "No sabemos qué vamos a hacer con él, pero quizás lo volvamos a enterrar en los cimientos de la casa", explicó la pareja.
El señor Hartley se encontraba removiendo las placas del cielo raso de la importante casa del 1700 que su mujer y él habían comenzado a restaurar cuando de pronto un objeto el golpeó la cabeza: era el cadáver momificado de un gato. "Nos fijamos en Internet y parece que no es muy común", explicó el hombre al sitio inglés Daily Mail.
La tradición medieval inglesa considera que un gato momificado puede alejar a los malos espíritus, o a los tacaños que no dejan propina en los pubs locales. Pero un especialista determinó que el animal encontrado por los Hartley habría quedado momificado aún vivo, como un accidente.
Sin embargo, la tradición y otros descubrimientos realizados durante la obra indicaron a los Hartley que esa casa había sido ocupada por gente muy superticiosa, o precavida. "Durante las tareas de renovación encontramos rodajas de cebolla disecadas alrededor de la casa, como amuleto contra los malos espíritus", contó el hombre.
"No sabemos si el gato fue puesto ahí vivo, pero no tenía dientes, lo que muestra que era viejo, o que los perdió tratando de escapar de ahí", explicó Hartley. El cuerpo del animal, según explicó, empezó a ponerse blando al contacto con el oxígeno. "No sabemos qué vamos a hacer con él, pero quizás lo volvamos a enterrar en los cimientos de la casa", explicó la pareja.
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