El pueblo no se equivoca
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Editorial de Carlos DeliciaEl resultado de las elecciones del pasado domingo ha dejado muchos mensajes para analizar y ser tenidos en cuenta por la política provincial, especialmente por el oficialismo. La sociedad está cansada de la clase política y lo demostró al votar a Miguel Torres Del Sel. El justicialismo deberá hacer la autocrítica que no hizo en 2007 y oxigenar su dirigencia. El Frente Progresista deberá institucionalizarse y darle mayor entidad al radicalismo que sostuvo la candidatura de Antonio Bonfatti.
La nueva forma de votar, con el sistema de Boleta Única, ha sido algo novedoso y muy interesante para la ciudadanía, que se sintió mucho más libre a la hora de definir su voto en cada categoría.
Fueron cinco elecciones en una, pero con combinaciones increíbles que dejaron bien en claro cuál es el rol que le tocará a cada uno de los actores a partir del 10 diciembre.
En las internas abiertas del 22 de mayo, donde se definieron las distintas candidaturas, la participación del electorado fue de 1.791.822 personas (73,68%), contra las 1.825.837 (74,89%) del pasado domingo, es decir 34.000 votantes más. También se pudo observar que para la categoría a gobernador hubo menos votos en blanco y nulos que en las primarias, convirtiéndose casi 51.000 votos en positivos. El 22 de mayo hubo 74.644 votos en blanco y 93.046 nulos contra 42.006 blancos y 74.547 nulos del 24 de julio. Es decir que hubo 85.152 votos en estas elecciones.
Hacemos estas cuentas para saber cómo y cuáles fueron los orígenes de los votos de cada candidato.
El Frente Progresista mantuvo su caudal de 665.614 votos obtenidos en las internas y la candidatura de Antonio Bonfatti le aportó 8.625 más para obtener un total de 674.239 (38,74%). Agustín Rossi perdió 305.262 votos de los obtenidos por el justicialismo en las internas: 387.162 del domingo contra los 692.424 del 22 de mayo. En cambio, Miguel Torres Del Sel se llevó los votos perdidos por Rossi más 65.000 de los nuevos votantes positivos, que sumados a los 242.631 cosechados el 22 de mayo, hacen los 612.208 (35,17%) obtenidos el domingo.
La gran elección de Miguel Del Sel revela que la sociedad está cansada de los políticos y encontró la figura para canalizar su queja. Fue un llamado de atención que casi infarta a Antonio Bonfatti y Hermes Binner.
Con los números en la mano se puede decir que la gestión de Binner no obtuvo la aprobación de la población, y siguiendo el pensamiento del gobernador -quien dijo ayer que el 78% de los santafesinos votó en contra del Kirchnerismo- en Santa Fe el 62% votó en contra del socialismo.
Los contundentes triunfos de José Corral en Santa Fe y Mónica Fein en Rosario fueron fundamentales para el éxito electoral, pero también fortaleció el liderazgo de Mario Barletta y Miguel Lifschitz dentro del Frente Progresista.
Antonio Bonfatti hizo una muy mala elección en la ciudad de Rosario, epicentro del poderío socialista, al no conseguir la diferencia de 20 puntos que siempre se logró. Miguel Lifschitz obtuvo 354.934 votos para su candidatura a senador mientras que el candidato a gobernador sólo sumó 261.763. Del Sel consiguió 205.006 votos, 50.000 más que en la internas y Agustín Rossi 154.821 casi 40.000 más que el 22 de mayo.
La sociedad santafesina le abrió un crédito de cuatro años más al Frente Progresista Cívico y Social para demostrar si realmente son el cambio y generar los consensos que tanto pregonaron en los spots publicitarios.
Al peronismo le tocó, con mayoría en ambas cámaras, la responsabilidad de controlar de la gestión, poner límites a la voracidad fiscal, los gastos corrientes, la ampliación injustificada de la planta permanente y el endeudamiento del Estado, entre otras cuestiones.
La sociedad estigmatiza a algunos políticos por hechos que no son reales o que en realidad no se probaron si eran dañosos.
Tal es caso de José María Vernet, quien todavía hoy no se puede sacar el estigma de haberse robado el Puente Colgante, o el de Agustín Rossi con la defensa de la 125, que si hoy se aplicaría sería más ventajosa para los productores.
La sociedad santafesina, muy ligada a la producción agrícola-ganadera, no perdonó a Agustín Rossi su férrea defensa de la gestión kirchnerista.
Pero se puede decir que es una cuestión personal, porque con María Eugenia Bielsa, defensora de la gestión de Cristina Fernández, no tuvo la misma actitud.
El justicialismo perdió en 2007 y no hubo una autocrítica puertas adentro. Tampoco buscó oxigenar su dirigencia, siguieron los mismos que ahora lo llevaron a una nueva derrota.
La actual conducción partidaria fue cuestionada por el dirigente Alberto Maguid la misma noche del 24 y pidió que se vayan todos para dejar el lugar a los jóvenes.
La Legislatura quedará de la siguiente manera: en el Senado habrá 11 bancas para el PJ, 7 para el radicalismo y una para el socialismo. En Diputados, 28 serán para el PJ, 15 para el Frente Progresista pero sólo habrá 4 socialistas, 8 radicales, uno del ARI, uno de PARES y uno del SI. Unión Pro Federal tendrá 7 legisladores. El colega Carlos Del Frade superó el 3% pero según la Ley Electoral Nº 9.280 debería ser del padrón electoral. El tema, seguramente, llegará a la Justicia. Los dos frentes mayoritarios perdieron votos en relación al 22 de mayo que terminaron en el haber de Norberto Nicotra. El rosarino que encabezó la propuesta de Miguel Del Sel pasó de 68.407 a 245.615 votos.
El socialismo deberá entender que el radicalismo, que fue leal y trabajó para consolidar el triunfo de Antonio Bonfatti, es su principal socio y aliado en la coyuntura que deberá afrontar a partir del 10 de diciembre.
Durante la gestión Binner, las decisiones se las comunicaban por los diarios, por eso el Frente Progresista deberá institucionalizarse para definir el nivel de participación de cada uno de los socios.
Mucho se habla por estas horas sobre la continuidad de la mayoría los ministros del actual gabinete, si se extractará un gobierno de diálogo y consensos o si se seguirá con la impronta de las gestiones socialistas.
El nuevo gobernador tiene las respuestas. Tal vez nos sorprenda
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