miércoles, 27 de julio de 2011

OPINION: ANTONIO RICO
Rossi y la tormenta amarilla

27 de julio de 2011 (DERF) Hora: 00:18

El efecto “Macri” luego de las elecciones en Capital Federal, marca un antes y un después en la carrera del kirchnerismo y naturalmente en los resultados obtenidos por Agustín Rossi en su búsqueda de la gobernación de Santa Fe






Era previsible una buena elección por parte del PRO en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las elecciones que lo precedieron, marcaban una tendencia al “no cambio”. Con excepción de lo ocurrido en Catamarca, todos los comicios provinciales (incluyendo Tierra del Fuego y Capital Federal) dejaron en claro que existe una voluntad popular de mantener a los gobernantes que fueron por su reelección. Podrá simplificarse el razonamiento, pero la coparticipación gotea a diario, y todos los gobiernos se encontraron en estos últimos cuatro años, con mayor caudal de recursos que, trasladados en mayor inversión en políticas salariales, sociales y obras públicas, le dieron ventajas visibles ante sus adversarios. No son años de “patacones”, ni de “lecop”. Son años de dinero en efectivo y con dinero, naturalmente es más rentable gobernar.

El triunfo de Antonio Bonfatti, también se enmarca en este esquema. Binner, supo – con dinero – gestionar, y el santafesino, como en el resto del país – ponderó la continuidad de la gestión socialista.

Las encuestas y los encuestadores
“Las principales consultoras no pudieron anticipar el ajustado final entre Antonio Bonfatti y Miguel del Sel, ni tampoco el bajo desempeño de Agustín Rossi”.
Todas las encuestas quedaron mudas frente a la expresión ciudadana del domingo último que trocó el efecto Cristina por burbujas amarillas y nuevamente – como lo hicieron en Capital- los encuestólogos doblaron incómodamente sus rodillas, frente a las cifras reales de la “expresión popular”.

Si hasta una encuestadora vaticinó una victoria del diputado nacional, jefe de bancada kirchnerista. Otra, la encuestadora del oficialismo santafesino pronosticó que el actual ministro de Gobierno y Reforma de Estado santafesino obtendría el 39,2% de los sufragios, y ubicó a Agustín Rossi en el segundo lugar con el 30,4 % y a Del Sel, le otorgó un 21,7%. Por su parte, la conocida Management & Fit reveló la semana pasada que Bonfatti tenía una intención de voto del 38,3%, que Del Sel se ubicaba en el orden del 28,2%, y que Rossi iba a quedar en el tercer lugar con el 25,4%.

Vale preguntarse entonces, si todos se equivocaron, o aparecieron elementos nuevos que modificaron en los últimos días de campaña lo vaticinado.

a) Efecto Susana
Todo indica que hacer política con el discurso de la antipolítico, es una forma de capturar votos. La diva, tal como lo hizo en infinidad de oportunidades, bendijo desde la “falta de contenidos” al Miguel del Sel y para un sector social, fue casi como la frutilla del postre para decidir su voto.

b) Efecto Reutemann
Difícil es evaluar hasta donde medió su frase “Soy peronista, pero no kirchnerista”, pero puede pensarse, que “El Lole”, golpeado por algunos comunicados de entidades rurales y viendo que el peronismo no ganaba en Santa Fe, como tantas veces, pensó solo en él y disparó su frase a tres días de los comicios. Los dirigentes lo interpretaron. Tal vez, no el grueso del electorado, pero rompió claramente el pacto que tenía el peronismo de “jugar unido”. Del Sel no dejo pasar la oportunidad y hasta rompió la veda al ser consultado por este tema al salir del local de votación.

c) El sistema electoral

El nuevo sistema electoral santafesino, deja a las claras que si los partidos no están unidos – con un proyecto común - detrás de un líder, permite que cada cual – en su categoría – atienda solo su juego. El justicialismo santafesino, no tiene el hombre que contenga a todos los sectores. Ya no es Reutemann ni Obeid, no lo son Rossi o Perotti. Cada uno, en su territorio, atendió su juego y lo mostró en su publicidad gráfica. Electoralmente, nadie, o casi nadie, trabajó para el triunfo de Agustín Rossi.

d) Macri y el efecto PRO

Como decía anteriormente, era previsible el triunfo de Mauricio Macri en CABA, ya que existe un espíritu generalizado de no cambiar. La mayoría del electorado quiere seguir en cada territorio viviendo en las mismas condiciones, o sea… esta conforme. Es probable, que este razonamiento, sea el que más beneficie a Cristina Fernández de Kirchner (el no cambio) y es probable, también, que Macri lo percibió en su momento y por eso, decidió no competir a nivel nacional, y asegurarse dentro del territorio que le podía garantizar el triunfo.

e) La 125 y una herida que no termina de cicatrizar

Si bien todo indicaba que las heridas de la 125 estaban cicatrizando, y nadie duda que “el campo” pasa por uno de sus mejores momentos, la campaña del PRO se encargó de abrir la vieja llaga. El productor agropecuario, no quiere pagar retenciones y poco le importa la redistribución de la riqueza. Del Sel (productor agropecuario), levantó esa bandera caída, e hizo que la vieja película apareciera en su versión actualizada.

Pensando en Rossi

La sumatoria de los elementos enumerados, generaron un efecto no ponderado.
Pensando en Rossi, no existen dudas que “el Chivo” no cuenta con el carisma de Del Sel que ha vivido justamente, de ganarse la vida en base a su atractiva forma de llegarle al público masivo.
Rossi tenía a su favor:

a) El reconocimiento de su lealtad a un proyecto que mejoró sustancialmente las necesidades de gran parte del país.

b) Era quien más beneficios podía traer a Santa Fe, por su afinidad política.

c) Tenía claramente un plan y un proyecto de trabajo que describió en todos los medios que tuvo a su alcance.

d) Demostró en el debate televisivo que se trasmitió para todo Santa Fe, que estaba preparado y que no era un improvisado.

Sin embargo, “la criatura humana”, es orgullosa, vanidosa, prejuiciosa, emotiva y a veces… sola a veces, lógica.

Dentro del peronismo, no fue justamente la lógica lo que ponderó como partido y como posibilidad de recuperar la provincia.
No obstante, Rossi volvió de demostrar que es un hombre de bien y no dudó en hacerse cargo de la derrota, sin mirar el comportamiento de sus pares provinciales ni nacionales. Nuevamente, recibió huevazos. Esta vez, fueron de su propio partido.

Para finalizar y volviendo al color amarillo
Del Sel no estaba preparado, no tenía equipo, ni siquiera contaba con las respuestas a como dar solución a lo que él mismo describía como problemas graves, pero casi se transforma en el gobernador de Santa Fe.

En lo personal, creo que el “efecto Macri”, rompió con lo que se venía viendo en las elecciones provinciales anteriores. En casi todas las elecciones anteriores, el kirchnerismo, ganaba sin inconvenientes.
La elección de Macri, rompió lo que parecía normal y un hecho no menor que derramó en la provincia de Santa Fe. Solo después del triunfo del PRO en Capital Federal, Miguel del Sel comenzó a subir en intención de votos, efecto que seguramente se va a ver en forma inversa en al balotaje porteño.
La buena elección del PRO en Santa Fe, va a influir este fin de semana que viene en C.A.B.A.

El peronismo santafesino, pasa y seguirá pasando por una crisis de liderazgo, y tal como narra el Martín Fierro, cuando los hermanos no están unidos…


Antonio Rico

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