viernes, 22 de julio de 2011

opinion

La verdadera encuesta nacional
22-7-2011
Las primarias de agosto son un verdadero test electoral de cara a las presidenciales. Tanto Cristina Fernández de Kirchner como los candidatos opositores pondrán blanco sobre negro sus reales posibilidades. La estrategia de cada partido. Varios candidatos se quedarán afuera.
Sin duda alguna las elecciones primarias obligatorias del 14 agosto son cruciales para los candidatos que aspiran llegar a la presidencia de la Nación. Esa noche, seguramente, algunos de ellos resignarán sus pretensiones, y no precisamente por voluntad propia, sino por la voluntad popular, es decir los votos.

Los estrategas del kirchnerismo están aceitando el mecanismo para potenciar las primarias. En ese sentido, han bajado línea a todos los jefes territoriales del FpV para asegurar una alta concurrencia a los comicios con dos premisas como eje: movilizar a la militancia para garantizar el caudal de votos y realizar una intensa campaña de difusión sobre la elección del 14 de agosto, donde esperan mostrar todo el potencial electoral. De allí la relevancia que la asignan a las elecciones primarias.

Sin embargo, el plan diseñado minuciosamente en Olivos no tuvo en cuenta algunos escenarios, como las elecciones en la Capital Federal y Santa Fe, dos distritos de importancia electoral, donde el kirchnerismo tuvo una dura derrota. A esta zaga de traspiés del FpV seguramente se sumará, antes del 14 de agosto, Córdoba, otra provincia de relevancia.

Con estas derrotas electorales, los cortocircuitos con los popes de la CGT e intendentes del conurbano bonaerense, el escándalo de la Fundación de Las Madres de Plaza de Mayo y el papelón por el caso Noble Herrera, el panorama para el oficialismo no es auspicioso, por lo menos en los distritos más importantes del país.

Pese a estos hechos significativos, la mayoría de las encuestadoras señalan que Cristina Fernández de Kirchner cuenta hoy con una gran adhesión en todo el territorio nacional. Eso sí, ahora ya no dicen que ganará en la primera vuelta, como hasta hace poco se animaban a decir.

De este cuadro de situación podría inferirse, acaso, que la victoria cantada del Frente para la Victoria en las próximas elecciones presidenciales, no está asegurado. Consciente de ello, CFK arengó a sus principales espadas a revertir esta situación. “Hay que reventar las urnas para mostrarles a todos nuestra potencialidad electoral”, dicen que dijo, según comentó a Parlamentario un encumbrado diputado de buena llegada a la mesa chica presidencial.

La pregunta del millón es si la presidenta no logra reunir el 40% de los sufragios, ¿cómo hará para sostener ese caudal electoral hasta el día de las elecciones?. Todo será cuesta arriba, para colmo seguramente habrá pase de facturas a los jefes distritales por los malos servicios prestados a la causa nacional y popular.

Más allá de que el Gobierno nacional le quiera quitar el dramatismo a los comicios del 14 de agosto, lo cierto es que Cristina Fernández de Kirchner se juega gran parte de su reelección. De allí que pondrán a movilizar a toda la estructura partidaria para tratar de garantizar el piso necesario que le permita a la candidata oficial acceder a su segundo mandato. Tal vez por eso alienta las peleas internas del oficialismo bonaerense, ya que ello le levantará la cifra de su lista a presidenta. Cree que así tendrá más posibilidades de llegar al número superior del 40% con el que podría instalar la idea de que la reelección será apenas un trámite.

En la zaranda

Así como para la presidenta será una prueba difícil el 14 de agosto, ni qué hablar para Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde, Elisa Carrió, Hermes Binner, Alberto Rodríguez Saá y Alcira Argumedo, entre otros. Uno de estos candidatos dejarán de serlo en la fría noche de las elecciones, cuando se conozcan los escrutinios.

Según los datos de las consultoras, creíbles o no, Alfonsín y Duhalde están disputando hoy el segundo lugar. Ambos también apuestan a una fuerte movilización en todo el país, pero en particular en la provincia de Buenos Aires. Tanto el uno como el otro está convencido de quien salga segundo en agosto concentrará el voto opositor en octubre y tendrá posibilidades de pelear la presidencia en un balotaje.

Desde el bunker radical dicen que ya cuentan con el piso tradicional, pero con el acuerdo alcanzado en la provincia de Buenos Aires con Francisco de Narváez, el porcentaje de votos se incrementará, no sólo en el distrito bonaerense, sino también en otras provincias de enorme peso electoral, como Santa Fe, Córdoba, Mendoza, incluso la Capital Federal, donde la figura de Ricardo Alfonsín tiene buena adhesión.

Habría que ver si el candidato de la Udeso convence al electorado independiente y a los sectores de menores recursos. Más allá de las especulaciones, Alfonsín deberá esforzarse para pasar la zaranda del 14 de agosto. Si logra hacerlo el camino a la Casa Rosada estará mucho más allanado.

Al acecho

Envalentonado por las últimas encuestas en las huestes duhaldistas se respira ahora otro aire. Confían en que los marginados del oficialismo les darán los votos necesarios para sortear con éxito las elecciones de agosto. Sus principales referentes dicen que el voto macrista de la Ciudad de Buenos Aires irá a parar en la lista presidencial de Duhalde. “Los votantes de Macri tiene más cosas en común con Duhalde que con la presidenta”, dijo a Parlamentario un influyente legislador PRO, que no reniega de su origen peronista. A pesar de estas declaraciones Mauricio Macri no dijo nada al respecto, aunque en su entorno comentan que el líder del PRO “ya tiene definido su candidato”, pero de ninguna manera dará a conocer antes de la segunda vuelta.

Tanto Duhalde como Mario Das Neves saben que la estructura que supieron conseguir será esencial para el día de los comicios. La suerte de ambos depende de lo que obtengan el 14 de agosto. El gran objetivo de este espacio es sacar más votos que el candidato radical, para posicionarse como el mejor candidato opositor. Si esto no llega a suceder, ¿renunciará Duhalde a su candidatura para fortalecer la figura de Alfonsín? o ¿seguirá con su idea de llegar a la Casa Rosada?. Son preguntas que seguramente quedarán develadas después de las elecciones de agosto.

Con menos chances

En la tercera línea de las candidaturas presidenciales están Elisa Carrió, Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá. Tanto Carrió como Binner competirán por el mismo espacio electoral, aunque tal vez el actual gobernador de Santa Fe capitalice algunos votos denominados progresistas que en un primer momento votaron al kirchnerismo. Más allá de los votos que obtengan en las primarias, mantendrá su candidatura.

La líder de la Coalición Cívica no disimula que sueña con los votos de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires y de los grandes centros urbanos. Su fuerza esta direccionada, precisamente hacia esos sectores. También aspira que el dirigente de la CRA Mario Llambías le arrime algunos votos de los sectores agrarios. La fotografía de hoy la muestra muy lejos del primer pelotón. Si logra menos votos de lo esperado, ¿insistirá con su carrera presidencial?

En tanto el gobernador de San Luis y candidato a presidente por Compromiso Federal, Alberto Rodríguez Saá, dice a los cuatro vientos que dará una sorpresa en las elecciones de agosto. “Voy a estar en el podio. Y si estoy allí, seré el futuro presidente” aseguró hace poco a Parlamentario TV.

Para que esto suceda, el gobernador puntano deberá lograr por lo menos un 20 % en las primarias, y partir de ahí remar. Las encuestas -del cual desconfía- no le favorecen. Está muy lejos del pelotón de la segunda línea de aspirantes a llegar al sillón de Rivadavia.

Por último, la mayoría de los candidatos de izquierda se quedarán en el camino, ya que no lograrán el piso necesario, el 1,5% del padrón electoral nacional, para poder competir. Una ley que, sin dudas, perjudica a los partidos minoritarios.

Más allá de eso, el 14 de agosto los principales candidatos pondrán blanco sobre negro sus reales posibilidades para llegar a la Casa Rosada. Se sabrá realmente si la presidenta cuenta con la adhesión que dicen las mayorías de las encuestadoras. Por eso las primarias será una verdadera encuesta nacional.

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